Suponiendo que este proyecto funcione y que emisarios del Gobierno vayan aquí y allá a ofrecerles trabajo a esos pequeños genios que actualmente están dando lo mejor que tienen a otros países, a otras sociedades, a otros grupos humanos, me pregunto qué cosas hay que ofrecerles para que la oferta de regresar resulte tentadora. Hoy existen mayores posibilidades de ser atracado y baleado por un “motochorro” en plena calle de Asunción que sufrir las consecuencias de un atentado terrorista en las calles de Nueva York, Londres o París. Existes mayores posibilidades de ser secuestrado por el Ejército del Pueblo Paraguayo que caer prisionero de los combatientes del Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés) en cualquier parte del mundo. Es decir, mientras no se solucionen problemas elementales de seguridad, difícilmente el país podrá convertirse en un sitio atractivo para regresar, trabajar y vivir con toda la familia.
Superando este nivel, que sería el más elemental, pasemos al siguiente: ¿qué tipo de trabajo ofrecer? ¿La instalación de una empresa cuya productividad estará sujeta a la competencia de un contrabando desleal y mamútico capaz de acabar con cualquier tipo de producción que se haga por los caminos de la legalidad? ¿Qué seguridad se puede ofrecer a los empresarios cuando los caminos de la libre competencia están bloqueados por el clientelismo político y los cargos se reparten de acuerdo a intereses electoralistas como lo estamos viendo en estos momentos?
Desentenderse de estos problemas equivale a convertirse en cómplice de gravísimas fechorías ya que en algún momento, en algún eslabón de la cadena, ellas terminan ocasionando males muchas veces irreparables al país; o para decirlo con mayor precisión, a todos nosotros. Pongo un ejemplo para que esta afirmación pueda resultar más clara: desde hace cuatro años es presidente del Massachusetts Institute of Technology (el famoso MIT), el venezolano Rafael Reif, que está al frente de la mejor universidad del mundo, por quinto año consecutivo, de acuerdo a la compañía inglesa Quacquarelli Symonds. Mientras tanto en su país es presidente Nicolás Maduro, un conductor de camiones, que ha llevado a Venezuela a niveles de miseria y corrupción como no los ha conocido nunca a lo largo de toda su historia. Desconozco si Reif poseerá cualidades políticas como para manejar un país. Nadie podrá negar que es capaz de aportar mucho más de lo que ha aportado Maduro y su antecesor y padre espiritual Hugo Chávez. De lo que sí estoy seguro es que no querrá regresar a su país en las actuales circunstancias.
Estas son algunas de las graves consecuencias de la corrupción, de la delincuencia, de la inseguridad, de la impunidad. Todo está interconectado y no se logrará poner en orden el país si no se ordenan todos esos aspectos. Mientras haya impunidad habrá corrupción y delincuencia. Mientras haya corrupción y delincuencia habrá impunidad. Los talentos que surjan en el país seguirán yéndose en busca de mejores condiciones de vida y muchos otros talentos que no logren desarrollar sus potencialidades permanecerán aquí eternamente frustrados. Como dice la canción ¿será este el país en el que quiero vivir?
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