A trabajar

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Fue la imagen mundial de la semana. El fotoperiodista Yuri Suárez tendido en el piso “aplastado” por los jugadores de Croacia en pleno festejo de gol clasificatorio a finales del Mundial de Fútbol Rusia 2018. Lo llamativo en la escena fue que Suárez, pese a la incómoda posición de tiro de cámara, jamás dejó de tomar fotos, unas preciosas que luego recorrieron el mundo entero. 

Esa es la metáfora del periodismo, no importa en qué situación te encuentres, lo crucial es seguir adelante con las herramientas que tengas para contar tu historia, para decir la verdad. 

A veces, es una verdad linda, como la de los croatas en finales (ojalá ganen hoy). Otras veces, toca por ejemplo –con demasiada reiteración– contar otro tipo de historias, como la cotidiana escena del hospital del IPS que tiene “el mejor seguro del mundo” –Horacio Cartes dixit– en el que internan a los pacientes hasta en las puertas de los insalubres baños de la Urgencia. También contamos cómo los corruptos de ayer y hoy se abrazan mientras pisotean la Constitución Nacional y manipulan la Justicia a su favor de manera impune. En otras páginas también se puede leer la mecánica de la licitaciones concedidas a parientes del poder. O describimos la manera grosera en que los gobernantes hacen “vito” con la plata del pueblo... O cómo se hacen los magnánimos inaugurando obras de dudosa calidad y durabilidad con dinero de las binacionales, como si estas fueran una instancia más del Estado. Y en el peor de los casos cuando estas construcciones se llevan a cabo con préstamos multimillonarios que pagarán hasta los bisnietos que tal vez nunca lleguemos a conocer.

“Los periodistas nunca ven el lado positivo de las obras de gobierno”, decía un fanático cartista. Y la verdad es que es obligación del presidente hacer bien su trabajo para eso quiso estar ahí. El periodismo es el contrapoder, es el oficio de dar voz a quienes no la tienen, visibilizar a los enfermos apiñados del IPS, a los alumnos que hasta hoy siguen recibiendo clases bajo los árboles porque a un mago coyuntural de las finanzas se le ocurrió pagar el salario de sus caseros, niñeras y demás servicios con plata del Estado robando al pueblo.

El periodismo es un oficio que se practica todos los días sea en un diario, en la radio o en la televisión. Es expresarse libremente, es una libertad que se gana a diario. Ese es el mejor legado y patrimonio intangible que nos ha dejado Aldo Zuccolillo a todos quienes hemos tenido la suerte de aprender de su escuela. Hoy, lamentamos su partida física, pero no hay tiempo para el llanto. Porque, como él diría, “compañera, déjese de eso y vaya a trabajar”. A los corruptos no hay que dejarle espacio, “ni un milímetro”.

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mescurra@abc.com.py