En efecto, casi el 100% de Asunción consume agua tratada que viene del río Paraguay, pero este sistema solo alcanza al 30% de Central; la zona restante, inclusive la periferia del sistema de agua de Essap, se abastece de pozos artesianos del Acuífero Patiño, con el agravante de que estos pozos reciben toda la contaminación que generan las cloacas de Asunción y el departamento, área donde reside el 40% de la población paraguaya.
Desde el año 2011, Essap está construyendo algunos colectores principales, sobre todo para eliminar las descargas directas al río Paraguay y a los arroyos. Igualmente, inició la construcción de los colectores principales de la cuenca del Arroyo Itay, que alcanzaría para parte de Asunción, Luque, Fernando de la Mora y San Lorenzo. Y para San Lorenzo y la Bahía de Asunción, se iniciaron soluciones que ayudarían a disminuir el vertido de las cloacas en los arroyos y en el Acuífero Patiño, del cual se nutre de agua la mayor parte de Central, incluyendo a casi todas las vendedoras de aguas en envases de 20 litros.
Si bien existen proyectos para la zona del Bañado Sur de Asunción, Lambaré, Villa Elisa, Luque, Mariano Roque Alonso, parte de Limpio y Capiatá, no se han iniciado las obras que evitaría la contaminación de los arroyos y acuíferos. En esta misma situación se encuentran las ciudades de la cuenca del Lago Ypacaraí, a excepción de Itauguá con las consecuencias que todos conocemos.
Al problema de contaminación de los acuíferos se suma que la mayoría de los sistemas de reparto de agua de Central “no desinfectan” el agua que venden, lo cual quedó demostrado con un estudio realizado por la Organización Panamericana de la Salud. La falta de red cloacal hace que hoy se contamine el 80% del agua que entra a nuestras casas y que, por lo general, enviamos a depósitos en el suelo, comúnmente conocidos como “pozos ciegos”. Los “ciegos” somos realmente nosotros, porque no vemos a dónde llega lo que sacamos de nuestras casas y que contaminamos los acuíferos que son usados para beber.
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Los dolores estomacales y diarreas en niños son en muchísimos casos atribuibles al contacto o consumo de estas aguas contaminadas. Existen enfermedades aún más peligrosas, consecuencia de aguas contaminadas y que no se solucionan con la simple desinfección, relacionada incluso con el cáncer de colon.
Según cifras de Naciones Unidas, por cada valor invertido en agua y saneamiento, se deja de gastar 11 veces más que este valor solamente en salud, y que al aumentar el bienestar de la población, incidirá en la disminución del costo de subsistencia y aumentará la plusvalía de las propiedades. De ahí la importancia de la inversión en este rubro.
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