Algo más sobre el Acuífero Guaraní

En mayo del 2004, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, naciones del Mercosur, iniciaron, bajo la supervisión del Banco Mundial (BM), la coordinación de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y el apoyo de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) un estudio para la gestión (manejo) transfronteriza sustentable del Programa para la Protección Ambiental y Desarrollo Sostenible del Sistema Acuífero Guaraní. Esto se hizo especialmente para:

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a) Evaluar los temas importantes sobre el desarrollo y gestión regional del acuífero;

b) Promover medidas prácticas de protección del acuífero en el ámbito local por medio de cuatro proyectos piloto y

c) Contribuir a la evolución de un marco legal e institucional apropiado para realizar una gestión transfronteriza transparente y eficiente del agua subterránea.

Hasta aquí todo es angelical.

Pero ocurre que el Acuífero Guaraní, probablemente el recurso de agua subterránea de buena calidad más grande del mundo, ocupa territorios de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay y es un imperativo evitar su contaminación de modo a preservarlo para que pueda seguir siendo utilizado por la población –hoy unas 15.000.000 personas, y 70.000.000 si se incluye la zona adyacente que ocupa y seguirá ocupando su área en el transcurso del tiempo.

Esto, desde el punto de vista del Paraguay, históricamente perjudicado una y otra vez por sus dos grandes vecinos Argentina y Brasil, tiene una tremenda importancia porque se está hablando del manejo transfronterizo del acuífero, según figura en el acuerdo internacional firmado por el expresidente Fernando Lugo y que debe ser ratificado por el Senado de la Nación. Este acuerdo significa, lisa y llanamente, que en el supuesto caso, por ejemplo, de que en nuestro territorio surja algún hecho –o lo supongan nuestros vecinos y socios– que consideren un peligro para el acuífero, van a intervenir directamente en nuestro territorio para solucionar el problema que afecta sus intereses por encima de nuestra condición de país libre y soberano.

El Acuífero Guaraní es un sistema hidrogeológico que cubre aproximadamente 1.200.000 km², abarcando territorios de los cuatro países ya mencionados, un espesor promedio de 250 m, que está a profundidades superiores a 1.000 m.

El volumen total de agua dulce almacenada se estima en 40.000 km³ equivalentes al caudal acumulado que fluiría durante 125 años en el río Paraná.

Aparte de esto, el acuerdo firmado por Fernando Lugo tiene ahora una importancia y riesgos superlativos porque el Mercosur, que era un acuerdo comercial para facilitar la libre circulación de mercaderías y el libre comercio de la producción de cada uno de ellos en el mercado común de los cuatro y en el mundo, se transformó en un club de “amigos ideológicos” con el agravante de que la democracia está siendo rápidamente substituida por el socialismo bolivariano que llaman del siglo XXI.

Suponiendo que se produzca alguna irregularidad, real o imaginaria, en la parte del Sistema Acuífero Guaraní que está en territorio paraguayo, lo tendríamos aquí a Hugo Chávez, ahora miembro del Mercosur, interviniendo tranquilamente en nuestro país y poniendo en peligro nuestra libertad, nuestra democracia y nuestra soberanía.

Vayamos a un caso real. Los bañados de Ñeembucú, parte del área de recarga del acuífero que nos ocupa, en los últimos 20 años perdieron 6.000 hectáreas de superficie por canalizaciones realizadas por ganaderos para transformarlos en campo de pastoreo. Si el Senado aprueba lo firmado por Lugo, inmediatamente tendríamos la intervención extranjera en nuestro territorio para subsanar este inconveniente.

Señores senadores, por favor y por las dudas, no aprueben ese acuerdo.

(Fuente: Banco Mundial)

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