El día del estreno en toda España el diario “El País“, el mejor y el de mayor circulación, le dedicó toda una página, lo que es mucho decir, con dos grandes fotografías en colores. En la parte superior iba un comentario en torno al realizador, las actrices y los obstáculos que debieron vencer. En el artículo inferior, un comentario sobre la película en sí que eran solo elogios.
Pero, antes de cantar victoria, un hecho lamentable; trascribo el primer párrafo de uno de los artículos: “Tras obtener en febrero de 2018 tres premios en el festival de Berlín, entre ellos el de la crítica internacional y el Oso de Plata a la mejor actriz para Ana Brun, el equipo de Las herederas volvió a su país, Paraguay, y fue a la Cámara de Senadores de Asunción a recibir un merecido homenaje. Allí se encontraron numerosos sitios vacíos entre los 45 escaños, frases subidas de tono de parte de una senadora del Partido Liberal y algún saludo cariñoso que sí celebraba un triunfo histórico”. Gracias, senadora Zulma Gómez, por haber colaborado de manera tan eficiente en ensuciar el nombre del país en el exterior. Por suerte el periodista tuvo la delicadeza de no reproducir las palabras que usted no tuvo la vergüenza de gritar en la Cámara de Senadores que lleva el título “Honorable”. Es una pena que el PLRA que hace muchos años era sinónimo de decencia y respeto hacia la labor intelectual, tenga como senadora a una persona así.
En otro momento el mismo artículo recoge declaraciones de Martinessi que se refiere a los personajes de su película catalogándolos como de “una clase social en declive que apoya a las dictaduras. Ha pasado no solo en Paraguay sino en más países. Son familias tradicionales que nosotros llamamos familias de apellidos largos y bolsillos cortos, que han perdido el manejo de los medios de producción y viven de restos del esplendor pasado. No son [las protagonistas de la película] solo herederas de su clase social y de posesiones, sino también de prejuicios y limitaciones”. Siguiendo una vieja costumbre, y que no es invento mío, le pregunté al hombre que recibe las entradas en la puerta si había escuchado comentarios y me dijo que todo lo que escuchó fue muy favorable, que la gente sale satisfecha con lo que ha visto. ¿Qué más se puede pedir? No voy a escribir ya ningún comentario porque sería “llovido sobre mojado”, que es una gran película y que tendríamos que sentirnos orgullosos de que tengamos gente con tanto talento. Solo quiero parafrasear lo dicho por Martinessi y lamentar que todavía tengamos que seguir luchando con una clase política de “apellidos cortos y bolsillos profundos”.
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