Aprovechar la voluntad política

En nuestra entrega anterior destacamos la necesidad de que la reforma electoral no sea discutida solamente por políticos, partiendo de la base de que en la democracia la actividad política debe ser una actividad netamente ciudadana, pero el Poder Ejecutivo solamente invitó a políticos aunque el Ministerio del Interior aclaró que se sumaron después algunas organizaciones civiles. ¿Con esto podemos decir: ya estamos todos? No creo.

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En el universo electoral, que incluye a todas las personas de este país, mayores de 18 años, o sea electores, hay grupos sociales que desestiman la vía electoral como el camino idóneo para llegar al poder. Nadie se preocupó hasta ahora en conocer qué es exactamente el cuestionamiento y cuál es la propuesta, de manera que mientras exista esa disidencia no podemos hablar de la “democracia representativa, participativa y pluralista” que impone la Constitución en su artículo uno. 

No obstante, la reforma electoral ya arrancó en dos frentes. 

Uno es el que impulsa el Ejecutivo con los partidos y un intento de incluir a quienes carecen de identidad política; el otro es la comisión especial formada en el Senado para estudiar los 32 proyectos de modificación del Código Electoral, donde lógicamente los únicos participantes serán legisladores. La Justicia Electoral tiene una propuesta de modificación de la ley presentada en el 2014, pero hay que decirlo, esta institución actúa en consonancia con la voluntad del Parlamento mientras que la cooperación internacional lo hace con el TSJE. 

De ahí que tendremos tres canales de interés, el canal ciudadano (organizaciones de la sociedad civil), el canal político (partidos y movimientos políticos) y el canal técnico (Justicia Electoral y cooperación internacional). Estos dos últimos tienen una tendencia a apoyar lo político, no tanto lo ciudadano. 

La novedad en esta cuestión de la iniciativa del Poder Ejecutivo es la demostración de VOLUNTAD POLÍTICA para colectar las demandas y administrar las críticas al sistema electoral vigente que ya fue motivo de varios retoques en la transición, pero todos ellos respondieron puntillosamente a los intereses creados y exclusivos de la partidocracia dominante. 

Según declaraciones periodísticas, el Ejecutivo dice que tratará de direccionar la reforma, lo cual es un dato mayor teniendo en cuenta el alto grado de legitimidad que tiene por el momento el nuevo gobierno, pero para que ello se traduzca en beneficio es necesario complementar la voluntad con el COMPROMISO de impulsar objetivamente (sin camiseta) la reforma. 

Hasta este momento es determinante definir cuestiones preliminares en este tema. Primero, asegurarse de que participen quienes creen en la vía electoral y quienes descreen para cumplir con el carácter pluralista y participativo de la democracia paraguaya. Segundo, es necesario asegurarse de que el Ejecutivo además de la iniciativa mantendrá la voluntad y el compromiso de hacer cambios para mejorar la representación política, y tercero que los frentes sepan qué objetivos persiguen en el marco del interés general de la nación, no de intereses sectarios de grupos o corrientes partidistas. 

En otras palabras es necesario sacar el puñal debajo del poncho y poner las manos sobre la mesa para dialogar, discutir y negociar abiertamente, de cara a la opinión pública. 

Es cuestión de aprovechar la voluntad política y el compromiso del Ejecutivo porque nada garantiza de que mantendrá esta disposición por más tiempo. Muy pronto nos daremos cuenta si lo que hace lo hace de manera auténtica o simulada para reaccionar y poner las cosas en su lugar. Los embustes duran poco en estos días.

ebritez@abc.com.py

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