¿Cartes-Marito vs. Lugo-Efraín?

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El año 1998, fue la única oportunidad, en la etapa poststronista, en que se enfrentaron electoralmente la oposición unida, con la fórmula Laíno-Filizzola, contra el Partido Colorado unido... con saliva, pero unido al fin, con la chapa Cubas Grau-Argaña. Ganó la ANR, pero el triunfo tuvo un costo político que luego se pagaría muy caro.

En este momento, forzando la Constitución y las leyes, un sector de la ANR y una parte de la oposición quieren, aparentemente, imponer la figura de la reelección para que puedan competir el actual presidente, Horacio Cartes, contra el expresidente y actual senador Fernando Lugo.

En tren de especular y tomando como premisa que todo está permitido hacer en este país, podemos imaginar nuevamente al Partido Colorado vs. la oposición, con dos fórmulas cuyos integrantes estarían “unidos” por interés y la ciudadanía deberá optar entre ambos.

Es decir, supondremos que el senador Mario Abdo Benítez renunciará a sus pretensiones de ser candidato a presidente por el Partido Colorado, y lo mismo hará el presidente del PLRA, Efraín Alegre, del lado de la oposición. En el caso de Abdo Benítez, sería la forma de evitar una nueva derrota contra la maquinaria económico-electoral del oficialismo, y en el caso de Alegre, para no dividir a la oposición y para privilegiar un presunto “voto útil”.

Estas especulaciones vienen a cuento porque, aparentemente, existe un ansia de poder capaz de atropellar todo, sin importar la Constitución, las leyes, las instituciones y a la ciudadanía.

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Todo depende, parece, de un fallo judicial que habilite a Lugo para que Cartes tome el mismo argumento, renuncie unos meses antes a su cargo, se candidate y todos contentos. En especial, los incondicionales y chupamedias de ambos “líderes” que se relamen calculando unos que seguirán y otros que volverán al poder.

No obstante, el camino para que se haga realidad este escenario electoral no es sencillo. Para empezar, la Corte debe hacer una interpretación a medida de Lugo y Cartes. Si se atreven, nadie pensará que de por medio hubo consideraciones legales o constitucionales sino devolución de favores, intereses particulares o directamente dinero contante y sonante.

En el caso de Cartes, el Mandatario deberá renunciar antes de las internas de su partido. ¿Cuánto antes? No figura en ninguna parte de la Constitución. Ambas cámaras, cada una con su quórum legal, deberán reunirse para aceptar o no la renuncia del Presidente.

Después podrá intentar hacer un acuerdo con Abdo Benítez o ganarle en la interna de su partido para ser el candidato oficial colorado.

Este es un breve resumen de las cuestiones legales y electorales que se deben cumplir. Lo que no se incluye aquí es cuál será la reacción de la opinión pública, los medios masivos de comunicación (excluyendo los que son propiedad de la familia presidencial) y las redes sociales.

Creer que todo se hará sin que exista resistencia de ningún sector de la sociedad es una ilusión rayana en la irresponsabilidad.

Algunos prefieren pensar (me incluyo) que esta iniciativa no es más que una gran cortina de humo para hacer que Cartes mantenga el poder, no se vea forzado a designar ahora a un sucesor y postergue lo más que pueda esta decisión.

Al luguismo también le sirve para mantener la expectativa sobre su candidato, y si, finalmente, no es habilitado a competir para presidente, se beneficiará con el papel de víctima, lo cual al menos le puede redituar en que su sector obtenga más votos para sus listas del Congreso.

Lugo y Cartes serán protagonistas importantes para las elecciones de 2018, pero difícilmente tengan el papel estelar que les obsesiona.

mcaceres@abc.com.py