Sin embargo, de inicio divierte poco, ya que las acusaciones solo sirven para recordar lo que ya sabemos con algunos datos nuevos, que por el momento se encuadran en el marco de las sospechas.
No obstante, promete ser otra vez virulenta y probablemente mejore con el tiempo en la utilidad que suele prestar a la sociedad de revelar importantes trapos sucios de la jerarquía partidaria con intenciones de escalar.
La irrupción de Nelson Argaña al podio mediático para desacreditar o para intentar polarizar el posicionamiento tempranero de Duarte Frutos en busca de la reelección o de una próxima fuerte bancada colorada que le responda en Diputados y Senadores, se presta a varias interpretaciones. Antes de avanzar en la especulación conviene recordar que la polarización en política significa que la opinión pública se divide en dos extremos opuestos que en vez de perjudicar, contribuyen a crecer a los dos principales y dejan a las voces moderadas o tibias sin poder ni influencia en la contienda.
En el ámbito colorado hay dos interesados en la reelección, uno de ellos abiertamente (Nicanor) y el otro disimuladamente (Cartes). Además aspiran a competir por la candidatura presidencial Marito Abdo Benítez y Luis A. Castiglioni, entre otros. Los dos últimos no están muy urgidos por el posicionamiento ya que para ellos (especialmente para Castiglioni) es fundamental esperar una decisión personal y grupal respecto a la reelección.
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Pero la rápida diseminación del discurso de Duarte Frutos en el interior del país y sobre todo por el feedback (capacidad del emisor de recoger reacciones y modificarlas) deja un vacío momentáneo en el oficialismo, que se encuentra embretado por la falta de claridad sobre la cantidad de votos en el Congreso para la enmienda constitucional, pero al mismo tiempo obliga a Marito a marcar territorio de un posicionamiento también prematuro.
El aporte de Nelson Argaña favorece tanto a Cartes como a Marito y Castiglioni en el sentido de construir un contraste de imagen entre el “sucio” y los “limpios” de la contienda, lo que permite al presidente de la República ganar tiempo en la difícil tarea de modificar la Constitución, afán que de volverse totalmente imposible obligará al titular del Ejecutivo a lanzar un candidato propio o apostar por uno los precandidatos habilitados a competir.
El probable no a la reelección mata las aspiraciones de Cartes y Nicanor, pero también la de Fernando Lugo. Sin embargo, ambos colorados tendrán una fuerte incidencia en la construcción de la futura nomencklatura colorada, ya que el apoyo burocrático y económico para la campaña interna y nacional de la ANR será fundamental así como la fuerza retórica de Nicanor que despierta el adormecido espíritu seccionalero, un tanto herido por el gobierno actual.
En este eventual escenario, de una campaña sin Nicanor ni Cartes peleando por la reelección, ¿a quién enfrentaría Marito en las internas? y sobre todo al candidato apoyado ¿por quién? Se entiende por eso por qué no hay una clara ruptura entre el titular del Senado y del Ejecutivo. Además, con la candidatura de quién a la presidencia lanzaría Nicanor su plataforma parlamentaria?
Como puede verse, todavía hay mucha tela por cortar en las prematuras internas coloradas, pero los operadores ya se frotan las manos coloradoháicha, esperando muy buena cosecha.
ebritez@abc.com.py