Una parte de sus correligionarios lo votaron conscientemente a él en la interna. Pero también muchos más votaron en contra de Horacio Cartes y de su candidato. El ahora candidato colorado a la presidencia seguramente lo sabe.
El mensaje del electorado republicano fue claro: no más HC. Con ese convencimiento debió manejarse el candidato presidencial para imponer su figura, como el recambio que los afiliados de su partido reclamaron.
Se engañan o pretenden aviesamente engañar a los incautos, quienes dicen que el que perdió fue Santiago Peña y que Cartes ganó, encabezando la lista para el Senado.
Está claro que Peñita, como lo llama el senador Juan Carlos Galaverna, fue un recurso surgido solamente por la imposibilidad de HC de ser él el candidato. Emulando al Gral. Andrés Rodríguez, les dijo a los colorados algo así como “estos son lo que yo les ofrezco”. Y perdió. Pese al mucho dinero invertido y a que fue el promotor, jefe de campaña y hurrero en los actos proselitistas.
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No fue Peña el derrotado, porque nada tenía que perder. Quien perdió fue HC.
Pese a eso, Mario Abdo Benítez no se comportó cual general victorioso que impone condiciones al adversario sino que fue a pedirle (por favor) a Cartes de que él y su equipo lo respaldasen.
El hecho que Abdo Benítez haya sido prácticamente el único de su movimiento que triunfó en la interna, mientras que la mayoría de los candidatos a otros cargos perdió, hace más meritoria aún su victoria. Los electores que le dieron el triunfo lo hicieron a pesar del poder del dinero, de las presiones, de los despidos y de las amenazas.
Abdo Benítez tiró al tacho el mandato de esa mayoría de los afiliados colorados que deseaban que iniciara un nuevo liderazgo en el Partido Colorado.
El cuento de que todo cambiará cuando gane (si es que gana) el próximo 22 de abril es poco convincente. Si se dejó avasallar en el momento en que aún estaba fresca la victoria interna, con la euforia y la expectativa de la gente a flor de piel, es difícil creer que lo pueda hacer después de haber aceptado condicionamientos por el camino.
Abdo Benítez y su entorno dicen que todo será distinto cuando tenga “la lapicera” para hacer los nombramientos que quiera. Pero se habla de que varios cargos estarán reservados para que los decida Cartes.
En el ambiente colorado se comenta que Abdo Benítez, en caso de acceder a la presidencia, deberá mantener a algunos de los ministros actuales o, en su defecto, a los equipos instalados en cada ministerio.
Así como Cartes se apropió ahora de la campaña electoral, opacando inclusive al candidato presidencial, en caso de que este triunfe, él se presentará como el mecenas que lo hizo posible. En los últimos actos, el actual presidente ofrece abiertamente y sin ninguna sutileza “lo que necesiten” (o sea, dinero) para la campaña a los seccionaleros.
Abdo Benítez se impuso en la elección de diciembre pasado pero parece no haber asumido esa cuestión y HC impulsa una suerte de gatopardismo, en la que, pese a haber cambiado el candidato, espera que nada más cambie demasiado.
Marito no parece tanto “de la gente”, como dice el estribillo de su publicidad. Por lo que se ve hasta ahora de sus acciones, más bien parece ser que decidió ser “de Cartes”.
mcaceres@abc.com.py