Corrupción: Lo que el viento se llevó

Lucha frontal contra la corrupción fue lo que prometió Horacio Cartes cuando juró la mañana del 15 de agosto del 2013. “Aquellos que intenten apropiarse de recursos públicos no tendrán la complacencia ni la complicidad del jefe de Estado”.

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El viento se llevó sus palabras.

Horacio Cartes demostró no solo complacencia, sino complicidad en la mayoría de los casos de corrupción denunciados durante su gobierno. Los más escandalosos no fueron cometidos por funcionarios de baja estofa, sino por su círculo más cercano, que se dedicó a fagocitar negocios.

Los Zacarías Irún, Darío Messer, Simón Falic, Tiky Cubas... fueron nombres comunes tanto para juegos de azar como para tierras públicas que casi fueron devoradas para construir un hotel casino en CDE. Las concesiones del caso Apostala y los audios de González Daher confirman que la Fiscalía hasta hacía revisar las imputaciones aún antes de allanar negocios de juegos de azar. No se trató solo de hacer dinero, sino de perseguir a quienes quisieron competir con ellos. El caso vergonzoso de una mina en Paso Yobái, donde fue grabado el socio del ministro y jefe del gabinete Juan Carlos López Moreira extorsionando y amenazando a un extranjero, es apenas un botón.

Los negocios del equipo de Cartes siguieron floreciendo bajo su gobierno. Una ironía viniendo de quien decía que dejaría todos sus intereses privados para defender los públicos. Hidrocarburos y prospecciones, seguros y reaseguros de operaciones públicas para sus gerentes. Los contratos públicos en que se demostraron gruesos sobrecostos no solo no fueron investigados oficialmente, sino fueron ninguneados; la Dinac quedó como un emblema de la corruptela. Su gente se instaló en los lugares más sensibles del gobierno y desde allí operaron para quedarse con información sensible de poderosos negocios.

La Secretaría Anticorrupción, designada por Cartes, fue una de las más inservibles durante los cinco años de su gobierno. Y Seprelad, a cargo directamente de Cartes, fue incapaz de detectar y denunciar los gigantescos lavados de dinero realizados por Darío Messer, socio comercial y amigo del alma de Horacio Cartes, prófugo hasta el momento de redactar estas líneas.

Cartes hizo de su gobierno un gran negocio para él & sus amigos.

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