Crisis de liderazgos

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La ofuscación del director de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) Nicanor Duarte Frutos ante los reclamos del dirigente social de Ayolas, Ostiano Aranda, intendentes y el gobernador de Misiones, Carlos Arrechea (ANR), deja al descubierto un estilo de liderazgo de prepotencia y descontrol, que es rechazada por la mayoría de la ciudadanía.

Aunque haya recibido improperios de Aranda resultan lamentables los gestos y violencia verbal del expresidente de la República. El episodio demuestra que existe una crisis de liderazgo que con sensatez, sentido común y mesura pueda abordar los problemas y necesidades que agobian a sectores vulnerables de la población.

Se entiende que debe haber algún plan social de Yacyretá en la zona de influencia de la central hidroeléctrica. No puede ser que solo en épocas electorales haya asistencialismo para el sector oficialista, en este caso del Partido Colorado.

En épocas de inundaciones se agudizan los problemas de salud, educación, falta de alimentos y abrigos. Al final, los parches crean un círculo vicioso de dependencia de la clase política; no solo de la ANR, sino de los otros partidos también.

La ciudadanía llegó al punto de hartazgo por la reacción de líderes prepotentes y descontrolados, que en lugar de proponer soluciones quieren demostrar poder en base a la fuerza y la imposición.

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Para el filósofo Aristóteles el hombre es un ser social y político por naturaleza (zoon politikón). Considera que el político debe tener las cuatro virtudes éticas, que son: prudencia, fortaleza, templanza y justicia.

Entre las cuatro virtudes, la templanza es justamente para el control de las pasiones, mientras la justicia es un valor tan importante que regula el comportamiento, equilibra y evita atropellos a derechos de terceros.

Los líderes políticos que surgieron en esta transición hacia la democracia en Paraguay no pudieron llenar las expectativas de la ciudadanía. Muchos de los que fueron electos por el pueblo no estuvieron a la altura de las circunstancias. La gente espera otro estilo de liderazgos, el que busque solucionar los problemas sin exacerbar los ánimos ni perder los estribos, y menos aún usar la prepotencia.

rmontiel@abc.com.py