El Ministerio y los que nos dedicamos a investigar y reflexionar sobre educación venimos observando este hecho. La UNESCO por su parte ha alertado repetidas veces sobre este problema, que no es exclusivo de Paraguay.
El 26 de septiembre recién pasado, el Banco Mundial ha difundido un informe documentado sobre la crisis del aprendizaje a nivel mundial. Deon Filmer y Halsey Roger han dirigido la investigación y redacción del “Informe sobre el desarrollo humano 2018. Aprender para hacer realidad la promesa de la educación”. Este informe reclama la atención de todos los gobiernos, porque son millones de niños, adolescentes y jóvenes los gravemente perjudicados, ya que, sin aprendizajes y educación eficiente, se hundirán en la pobreza, padecerán el desempleo permanente y agudizarán el desequilibrio social.
Jim Yong Kim, presidente del Grupo Banco Mundial dice que esta crisis de aprendizaje “es moral y económica”. “En el caso de los jóvenes, la educación, cuando funciona como es debido, fomenta el empleo, incrementa los ingresos, mejora la salud y reduce la pobreza. A nivel social, estimula la innovación, fortalece las instituciones y promueve la cohesión social. Pero estos beneficios dependen del aprendizaje, y la escolarización sin aprendizaje es una oportunidad desaprovechada. Más aún, es una gran injusticia: los niños con los que la sociedad está más en deuda son aquellos que más necesitan de una buena educación para prosperar en la vida”.
La crisis de aprendizaje tiene solución. El informe cita tres países que han mejorado notablemente o han superado la crisis: Corea del Sur, Vietnam y Perú. Brasil al ritmo de avance que camina, para ponerse en matemáticas al nivel de los países ricos necesitará 75 años y 263 en lectura. Para salir de la crisis el informe da mucho valor al recurso de una honesta y profunda evaluación de los procesos de enseñanza-aprendizaje, de los resultados y sus causas.
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El informe es un buen estímulo para reflexionar sobre nuestra situación, ya que no todas las causas de la crisis son comunes para todos los países. Opino que en nuestro país, el bilingüismo guaraní-castellano no está resuelto, ni siquiera bien planteado. Habrá que recordar una vez más lo que dijo Bartomeu Melià, nuestros niños en la escuela no aprenden bien ni el castellano ni el guaraní , en realidad muchos no están en el bilingüismo, sino en el nilingüismo. La falta de dominio de las lenguas es factor determinante para frustrar los aprendizajes. En zonas fronterizas con Brasil el problema se agudiza con la interferencia del portugués también mal aprendido.
Hay otra variable que influye en la crisis del aprendizaje. La educabilidad de nuestros niños y adolescentes ha cambiado sustancialmente, por la influencia de los nuevos estilos de vida, el impacto de los celulares y computadoras, en general por las tecnologías de la información y comunicación, por la saturación de estímulos permanentes que bombardean su sensibilidad, por el clima de inseguridad y violencia, el ritmo de vida, la presión de exigencias, las carencias afectivas, etc, que provocan estados psicológicos en los niños con experiencias y vivencias totalmente diferentes a las que tuvieron los niños y adolescentes de hace muy pocas décadas. Ese estado ha cambiado la educabilidad de los estudiantes, la cual demanda otra “educatividad” o capacidad de educar de los educadores. No se puede seguir educando lo mismo que hace décadas, porque los educandos, sus necesidades y potencialidades, los requerimientos de su futuro, son sustancialmente distintos a los de niños y adolescentes de tiempo pasado. Si queremos rendimiento de aprendizaje no se puede educar como siempre, porque los educandos no son los de siempre, sino los de ahora y su futuro.
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