De campanas y campañas

Ser crítico es tomar el argumento de cada información y sumarlo a otros que retuvimos, para después pensar y sacar una conclusión, a su vez siempre abierta a la riqueza otros nuevos pensamientos y opiniones. Sin embargo, lo simple no es fácil de lograr, menos cuando la industria publicitaria lo puede casi todo sobre la gente. Hay campañas globales que toman un tema y brutalmente hacen bandera general. Es preocupante que se fomenten el roce y el enfrentamiento, trabajando sobre la emoción y el impulso. EE.UU. acaba de aprobar políticamente el “matrimonio homosexual”, un giro, a estas alturas nada sorprendente, del poder de la Corte Suprema del país del Norte sobre la libertad de sus Estados. Lo mismo ocurre con otras ideas que han logrado instalar en la mente y el corazón de las masas. La homosexualidad es una materia que jamás debió lanzarse al ruedo de las sociedades como lo han hecho, mediante campañas agobiantes y divisorias. Servirse de la palabra “amor” es una salida escueta; y qué nos espera si el amor se utiliza como arma política. La gran pregunta es si después de una aprobación legal, la diversidad logrará mejorar la convivencia. Los cambios sí pueden producirse, pero cuando son reales se dan casi imperceptiblemente, no a partir de un decreto. Este tiempo policial que incluso se ha instalado en las redes a nivel de amigos, no puede ser acrecentador.

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Recordemos que ni el negro ni el indio, menos el pobre, han dejado de ser discriminados a pesar de los siglos que han pasado. Esto significa que, tal como con razón se critica la falta de evangelización por parte de la iglesia y los padres cristianos, lo mismo ocurre con las autoridades y aquellos pensadores que no creen en Dios, tampoco han funcionado sus pareceres e imposiciones. Parece que nada está funcionando para hacernos coincidir.

El tema de la homosexualidad es complejo, ya vemos cuántos jóvenes salen a repetir supuestas teorías. Lo que sí está a nuestro alcance cotidiano es el buen trato a los homosexuales y viceversa.

En la actualidad mundial no todas las campanas suenan igual, esto puede ocultarse pero no negarse. Si se propagan nuevas leyes es porque se han visto, previsto o prefabricado nuevos conflictos sociales. Sabemos que el grupo de poder organizado homosexual utiliza eficaces campañas de marketing en pos de sus objetivos, aunque referentes y personalidades, como Dolce & Gabbana, no coinciden en aspectos que aquellos dan por coincidentes y comunes.

Sepamos que dando el sí al matrimonio homosexual se abrirán las puertas a la adopción de niños por parejas del mismo sexo, una materia todavía más intrincada para el derecho. Para bien y para mal, solo es cuestión de tiempo que la agenda se cumpla en Paraguay. Tiempo desafiante para la convivencia en paz y armonía de posturas en los países.

Nos queda autoeducarnos para la visión crítica, claro que superar muchos prejuicios, pero siempre basándonos en lo justo y necesario. Si hay una verdad esperanzadora e integradora, es que la ley humana, por falible, nunca es inapelable.

lperalta@abc.com.py

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