De Mancuello al arcángel Gabriel

SALAMANCA. No tengo acceso a toda la información que me hubiese gustado tener para hacer que no pase desapercibida la muerte de Carlos Villagra Marsal, ocurrida en Asunción la semana pasada cuando el escritor contaba con 83 años de edad (había nacido en Asunción en 1932), dejando no solo una familia numerosa, sino, sobre todo, ejemplar, simplemente maravillosa. Me gustaría decir que fue su mejor obra si bien la literaria la iguala.

Cargando...

El nombre de Villagra Marsal se hizo conocido, sobre todo entre los estudiantes, por una obra fundamental: “Mancuello y la perdiz”, primer premio de un concurso convocado por el diario “La Tribuna” (hoy inexistente) en 1965 y que desde entonces ha tenido un largo y fructífero recorrido. Publicada entonces, conoció varias reediciones aunque la más importante, sin lugar a dudas, es la que hizo la editorial española “Cátedra”, sello que goza de especial prestigio en el mundo literario español por ofrecer nada más que obras fundamentales en ediciones filológicas muy cuidadas y debidamente comentadas. También se incluyen estudios introductorios con análisis exhaustivos de la obra. En el caso particular de “Mancuello y la perdiz”, el prologuista en algún momento traza paralelismos entre la obra de Carlos Villagra Marsal con la del mejicano Juan Rulfo. Creo que no es necesario decir nada más.

No voy a seguir un orden cronológico de su obra sino que saltaré a la última, la llamada “Papeles de última altura”, con una serie de escritos redactados en una casa de campo que tenía en lo que él consideraba era el punto más alto de la serranía del Chololó. Desde allí la visión es infinita pues como no existen obstáculos importantes se prolonga la mirada hasta ese punto donde no se sabe con precisión dónde termina la tierra y dónde comienza el cielo. Su casa era curiosa pues resultaba ser un muestrario de todas las piedras que existen en el país, incrustadas donde fuera necesario, en una escalera, en una columna, hasta en la pileta para lavarse las manos en el baño principal. Como todo buen escritor, había un momento de la conversación en que su discurso oscilaba entre lo real y lo imaginario, entre lo verdadero y lo ideal, entre lo que existe y lo que se sueña. Así, era frecuente que a los visitantes les mostrara, al lado de un arroyo convertido en piscina natural, la “huella” impresa en la roca de un dinosaurio. ¿Por qué no? ¿Acaso allí muy cerca no está, también impreso en una piedra, el pie de Santo Tomás?

Carlos Villagra Marsal vivió con una intensidad poco común entre nosotros. Fue funcionario de Naciones Unidas en Santiago de Chile y, derrocada la dictadura, fue embajador en Chile y más tarde en Ecuador. Al regresar al país fue nombrado ministro de Políticas Lingüísticas en el año 2011 hasta el 2013. Escribió dos libros de poesía, otros libros de ficción, como parte de lo que se conoce como la “promoción del 50” de la que sus otros miembros, como el caso de José María Gómez Sanjurjo, desempeñaron un papel preponderante en el mundo cultural de un país destrozado por la reciente revolución del 47 y las bárbaras dictaduras que se instauraron luego.

Con Jorge Gómez Roda creó la editorial “Alcándara” que llegó a publicar casi un centenar de títulos de poetas locales y tuvo tiempo para animar la “Tertulia Hispanoamericana de Asunción” en el Centro Cultural Español “Juan de Salazar”. Que no se me olvide que fue uno de los pilares de la famosa Academia Universitaria, heredera de la Academia Literaria que allá por los años 50 fundó el padre César Alonso de las Heras en el Colegio San José y de la que salieron no solo importantes intelectuales, sino también políticos de renombre.

Inquieto y preocupado por compartir con los demás todo cuanto sabía, mantuvo en radio Ñandutí el programa “Paraguay adentro”, lleno de inventiva, de sentido del humor. Y de conocimiento, claro está. Y para que el título no quede suelto, solo quiero recordar que Pantaleón Mancuello, “más traicionero que víbora-liana”, es vencido por el pacífico José, que no es otro que el arcángel Gabriel.

jesus.ruiznestosa@gmail.com

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...