Desafíos y nuevos actores políticos

El presidente electo Mario Abdo Benítez salió finalmente a darle un corte al pretendido juramento del expresidente Nicanor Duarte Frutos que amenazaba agrandarse como bola de nieve y estaba dando una imagen de falta de firmeza del nuevo mandatario.

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La inmediata aparición de fotos de Abdo y Duarte Frutos rumbo a Bolivia dio el mensaje claro de que el problema no era entre ellos sino con el otro frustrado aspirante a senador.

Cerrada la posibilidad de Nicanor, con mucha más fuerza se cierra la de Horacio Cartes.

Como despedida de su administración, el mandatario aún en funciones incumple la promesa que había hecho de respaldar y no poner palos en la rueda a su sucesor.

Es evidente que Cartes está resentido y que intentará cobrarle cuentas a quienes siente que le hicieron la guerra o lo traicionaron. El problema es que cada vez se encuentra más solo.

Abdo Benítez tiene un panorama político complicado en sus primeros meses. A la necesidad de dar una imagen de cambio radical respecto a su antecesor se suma el hecho de que tiene grandes desafíos políticos inmediatos.

Uno de ellos se refiere a la renovación en el Poder Judicial, cuya materialización inmediata se dará con las tres vacancias en la Corte Suprema que se deberán llenar a la brevedad (este año) y una más a principios del año próximo. La intención del nuevo mandatario es hacer una renovación total. Una forma de concretar estos cambios será la convocatoria a una Convención Nacional Constituyente para reformar la Carta Magna, algo que también está en la agenda.

Este punto exigirá un acuerdo con un abanico de sectores políticos y organizaciones sociales para acotar el margen de los cambios pretendidos.

La oposición exige además una previa reforma del Código Electoral que le permita competir en igualdad de condiciones para elegir convencionales constituyentes.

Abdo Benítez anunció que la posibilidad de instalar reelección presidencial se debatirá, aunque se adelantó a decir que, de aprobarse, él mismo pedirá una cláusula que impida al presidente en funciones, o sea él, beneficiarse con esa posibilidad.

Se habla también de varios otros cambios en la agenda de los partidos políticos, como el balotaje, redefinir las funciones de los gobernadores y el vicepresidente de la República, entre otros.

Un poco más alejado en el tiempo, pero no tanto, deberá poner a prueba su liderazgo en el Partido Colorado. Este es un terreno en el que disputará con el cartismo.

Aunque parezca prematuro, surgen ya algunas candidaturas. La del senador Galaverna es una de ellas. En las últimas semanas se vio la manera en que el ubicuo senador juega a varias puntas. Operó abiertamente a favor de Duarte Frutos pero especialmente de Cartes para que sean senadores y no tuvo empacho en recibir favores del presidente saliente, algo que no pasó desapercibido para el próximo inquilino de Mburuvicha Róga.

En esta eventual pelea partidaria aparece la figura de Duarte Frutos como posible candidato, respaldado por el abdismo.

Para entonces mucha agua habrá pasado bajo el puente y nadie sabe qué actores seguirán “vivos” en el escenario político.

Si los conocidos Cartes, Lugo, Nicanor, Desirée, Efraín, Llano, González Daher, Lilian Samaniego, Oviedo Matto, Galaverna, Bacchetta, Hugo Velázquez, etc., continuarán vigentes.

Y si los que ahora asoman, los Zavala, Payo Cubas, Apuril, Eugenia Bajac, Miguel Cuevas, Querey y demás, van dejando alguna huella (limpia o embarrada) o si pasan desapercibidos, como muchos, en el periodo que está terminando.

mcaceres@abc.com.py

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