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Los partidos políticos, que deberían ser las herramientas por antonomasia de la democracia, terminaron por convertirse en refugio de gavillas cuyo único interés es medrar a costa del pueblo, elucubrar y maniobrar desde los puestos de poder, para que sus fechorías queden impunes.
Por fuerza de la repetición hasta el hartazgo de los desaguisados, cada uno más espeluznante que otro, en que están metidos nuestros “representantes”, el pueblo incluso perdió la capacidad de asombro.
Que tal o cual diputado llegó al poder con financiación narco y desde su curul opera para proteger a sus “benefactores”, prácticamente ya no es noticia. Es parte del folclore nacional.
Que el senador mengano es contrabandista, usurero y soluciona sus problemas económicos mediante negocios con el Estado, es apenas una de las “distracciones del poder”.
Por fortuna para el futuro de este país, como aquella flor que emerge límpida, triunfal, en medio del fango, hay ejemplos de que no todo está perdido, como dice la popular canción.
La indignación ciudadana materializada en actos de protesta, escraches y presiones que terminaron con varios “intocables” en la cárcel o forzados a abandonar sus privilegiadas bancas parlamentarias es una auspiciosa señal de despertar ciudadano.
Otro ejemplo alentador llegó de la mano de tres jóvenes y un también joven educador de la ciudad de Coronel Bogado, quienes ganaron un concurso internacional de tecnología de la que participan países que están a la vanguardia de la investigación tecnológica en el mundo.
Es de esperar, sin embargo, que los eternos ladrones de esperanzas, que abundan en nuestro atribulado país, no terminen por abortar este esfuerzo de desparasitación que se está haciendo. Ojalá que el ejemplo de tantos jóvenes en el país que buscan sobresalir con su propio esfuerzo y dedicación, no caigan en saco roto.
jaroa@abc.com.py