Diciembre

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Se acaba un mes intenso. Tan intenso como el año que va terminando.

Cuando pensábamos que en los medios hablaríamos de balnearios habilitados, menús para las cenas de fin de año, balances y recomendaciones de cómo gastar el aguinaldo, diciembre nos sorprendió dejando hechos que marcaron la agenda.

Por más que la misa central de Caacupé haya sido un encuentro religioso, todos los años la expectativa se centra en el contenido social de la homilía. Luego de 22 años de escuchar a Claudio Giménez, este 8 de diciembre escuchamos a un nuevo obispo, Ricardo Valenzuela, quien se encargó de describir frente a las autoridades, presidente incluido, las desigualdades sociales de nuestro país y su causa, una estructura de corrupción e impunidad que aún no se desmonta.

Poco más de una semana después afrontamos otra prueba. Las internas de los partidos y la sospecha de que podría haber grandes fraudes o de que las grandes cantidades de dinero en juego podrían desvirtuar la esencia de la voluntad popular.

Ni lo uno ni lo otro. En general fueron internas en las que primó el respeto al sentido del voto, aunque sigamos insistiendo en el desbloqueo y el control total de la financiación de las campañas.

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Indudablemente el gran hecho político de diciembre fueron las grabaciones filtradas, más el tan imprudente como descarado mensaje de voz en WhatsApp: “Casse, amanecé en el banco”.

Como un caudaloso raudal, las grabaciones se llevaron a dos senadores, un exministro del Interior, un exsecretario del Jurado de Magistrados y otro abogado. Todos ellos partners en la podredumbre y corrupción en el jurado.

Un raudal que debe seguir arrastrando consigo a fiscales y jueces genuflexos y serviles, y que además instala la idea de que todos aquellos perjudicados judicialmente por este enjambre de corruptos pueden apelar ante la aparición de estas evidencias, que constituyen hechos nuevos en esos procesos.

En diciembre también se fue Jarvis, sin mayores problemas, pese a los rumores de intentos de fuga y rescate de los que hablaba la policía.

El ya está en una prisión del nordeste brasileño, mientras que el último que se prestó a intentar trabar su extradición se vio obligado a renunciar al cargo, aunque eso no lo libre de la imputación y el proceso por prevaricato.

Si hablamos de justicia, la estadounidense también dejó su saldo en este último mes del año, al encontrar culpable a Juan Ángel Napout de los cargos de asociación criminal y fraude en la concesión de derechos de las copas América y Libertadores.

El exdirigente del fútbol paraguayo ya pasó las fiestas de fin de año en una prisión federal, aguardando conocer su sentencia y el castigo que le espera.

Diciembre se cierra también con el dolor de cinco familias del norte de la Región Oriental, que no pudieron reencontrarse con los suyos, en manos de grupos criminales que se siguen moviendo en la zona, recordando que también siguen desaparecidos un abuelo y su nieto en Caaguazú.

Y si de recordar lo que pasó este año se trata, como no hacerlo también en este momento con Rodrigo Quintana, un joven profesional universitario que fue a defender una causa que consideraba justa y en su lugar encontró la muerte con un tiro por la espalda en la sede de su propio partido.

Con estos recuerdos, recientes y un poco más lejanos, vaya el deseo de que tengamos un nuevo año con más oportunidades para todos.

Y como solemos decir, salud, salud, salud y más salud. Que con salud peleamos el resto.

Feliz 2018.

guille@abc.com.py