Dios hará justicia

Este artículo tiene 9 años de antigüedad

Esta Buena Noticia toca elementos punzantes de nuestra realidad. Empieza afirmando que hay que rezar sin desanimar, pues la insistencia y la perseverancia son cualidades de quien no está satisfecho con la situación actual y no se atemoriza al buscar una transformación, que edifique una sociedad más equitativa.

Después, Jesús cuenta una parábola, afirmando que en la misma ciudad vivía una viuda que sufría por un litigio con explotadores y un juez que no se importaba con los valores del Evangelio, ni tampoco se importaba en ser fraterno, pues solo le interesaba enriquecerse y tener una existencia llena de prebendas y regalías.

La viuda pobre no tenía “padrinos” importantes, no tenía afiliación a ningún partido político, ni tampoco podía sobornar al juez con miles de dólares. Por ello, usó las armas de que disponía: la insistencia y la convicción de que sufría una injusticia en manos de embaucadores prepotentes.

El juez, durante mucho tiempo no le hizo caso, pues en el Poder Judicial la justicia no es pronta ni barata ni ciega. La representación de la diosa Astrea con la balanza en la mano derecha, la espada en la izquierda y los ojos vendados es simplemente un anhelo.

Sin embargo, la viuda sabía que era necesario hacer justicia, que ella no podía seguir engañada de esta manera y su tenacidad valiente llevó al juez a dar un veredicto.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

En seguida, Jesús hace una comparación con Dios, a través de una pregunta y una sentencia: “¿Y Dios no hará justicia a sus elegidos que claman a Él día y noche, aunque los haga esperar? Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia”.

Dios es un juez, pero completamente diferente de este de la parábola, pues escucha a sus elegidos, principalmente a los más vulnerables e indefensos. A la par, toma actitudes concretas para implementar una auténtica justicia. Notemos, sin embargo, que los elegidos claman a Él día y noche, es decir, no son inconstantes o superficiales. Al revés, muestran confianza y saben que algo bueno vendrá del Señor.

Asimismo, Jesús deja claro que, a veces, Dios les hace esperar. Este punto, normalmente, nos molesta bastante, pues queremos que el Señor intervenga con rapidez en favor nuestro. Seguramente, la aparente demora de Dios es para que purifiquemos nuestro modo de actuar, seamos más humildes y aprendamos a ser solidarios con los otros que también sufren injusticias.

Para terminar, hoy celebramos el Domingo Mundial de las Misiones: recemos por los misioneros y les ayudemos materialmente con alegre generosidad.

Paz y bien.