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Panasiuk, además de describir las reglas básicas para lograr el desarrollo familiar y social, expuso una serie de principios y conocimientos que cada persona responsable y educada debe manejar, en cuanto al uso del dinero. Hizo una llamada de atención sobre “el resquebrajamiento de la familia en Latinoamérica”, y que lógicamente Paraguay está en el meollo de la cuestión.
Significa que además de conocer las ideas fundamentales para el buen manejo de las finanzas, un elemento indispensable es la familia unida como base de la sociedad para que haya prosperidad. Estamos hablando de un modelo con ciertos ingresos económicos que les asegure a sus miembros una vida estable y digna.
Sin embargo, en el Paraguay los estándares de vida están por el suelo por el elevado índice pobreza, la falta de fuentes de trabajo, las necesidades básicas insatisfechas y falta de educación. Se suma el analfabetismo funcional, deserciones y bajo nivel de escolaridad y, lo más grave, la desintegración de las familias, por la emigración y la exclusión social.
Significa que en el país aún no hemos alcanzado ni siquiera ciertos niveles ideales como pretender un desarrollo económico, social y cultural. Ni qué decir de la política, el sector más corrupto de la sociedad, contaminado por el narcotráfico.
Lo interesante del planteamiento es insertar en el programa de estudio, la educación financiera y de la necesidad de recuperar valores y principios como para apuntar al desarrollo del país.
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