El Congreso, ¿un prostíbulo?

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Alguna vez el expresidente de los Estados Unidos, el ya fallecido Ronald Reagan, dijo que la política y la prostitución se parecen mucho en el sentido de que ambas son las profesiones más antiguas del mundo. El mencionado personaje provenía del cine y hasta hoy, figuras del show, de la farándula, de la televisión, del deporte y de los medios de comunicación incursionan en el campo de la política.

La Cicciolina, en Italia, siendo una actriz porno, ganó la diputación en 1987. En Perú, una trabajadora del sexo también se postuló para lograr un espacio en el Parlamento. El eslogan de su campaña rezaba así: “Una prostituta decente, que convertirá el Congreso en un prostíbulo respetable”.

Como el Congreso a veces es un verdadero circo no es raro que los payasos famosos también deseen un lugar en ese estamento. Tal el caso de “Tiririca”, en el Brasil, el diputado más votado y recientemente, “Lagrimita”, candidato a la Alcaldía de Guadalajara, México. En el Paraguay, también se postularon para concejales payasos, imitadores y humoristas. Hasta uno de ellos ganó haciendo su campaña casi sin plata y utilizando las redes sociales.

La gente está cansada del verso político; está cansada de las mentiras y sobre todo de la corrupción escandalosa que se observa en casi todos los entes públicos. Hace poco, cuando se estaba votando sobre el tema de la carretera del Este, el propio presidente del Congreso del Paraguay, Mario Abdo Benítez, declaró que nuestro Parlamento se parece a un prostíbulo. Esto, en el sentido de que allí se venden y se compran los votos. Obviamente, esto no constituye ninguna novedad para el pueblo, que no es tonto y sabe muy bien cómo se manejan las cosas en esos sitios, y también en otros, como el Poder judicial, por ejemplo, que es un grandísimo burdel, ya que allí sí que las compraventas de las sentencias resultan más que escandalosas. Y no hay que generalizar. Ocurre que las personas honestas e íntegras son muy pocas y tal vez las podemos contar con los dedos de las manos.

No solamente en estos quilombos se tienen niñeras o amantes de oro; ni se filman escenas tan patéticas del senador Galaverna con sus amigas o cuando Armando Espínola se pasaba divirtiéndose en plena sesión, con fotos pornográficas con su amante. No solamente se trata de eso en ese paisaje. Cuando uno se va por allí, no es raro ver a las chicas pasearse de un lugar a otro, con sus alargues teñidos, sus faldas cortas y sus tacos altísimos, asemejándose a las modelos de nuestra fauna y flora, que sobresalen por sus colas y sus lolas. Las modelos europeas, por ejemplo, no venden sus cuerpos, sino que venden la ropa o los perfumes. Tienen glamour y clase y no se ofrecen como prostitutas baratas. En fin, son otras culturas.

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Yendo de nuevo al tema del Congreso, todos los paraguayos y las paraguayas tenemos que estar alertas cuando los parlamentarios están sesionando. Tenemos que seguir esas deliberaciones como si fuera un partido de la selección nacional en un mundial de fútbol. Tenemos que interiorizarnos de los proyectos de leyes que se están estudiando y si se aprueban algunas impopulares y que no nos convienen, podemos salir a las calles a manifestar nuestro repudio. Todos los ciudadanos que amamos a nuestra patria tenemos que seguir luchando para que termine la lista sábana y dejen de imponernos votar por personajes sin preparación, sin cultura, deshonesta y corrupta, que ensucian los cargos que ocupan y hacen de las instituciones, verdaderos y escandalosos prostíbulos.

blila.gayoso@hotmail.com