Y bueno ahí tienen el resultado quienes argumentaron infantilmente que el ingreso de Venezuela era para equilibrar el peso de los grandes (Brasil y Argentina) a favor de los pequeños (Paraguay y Uruguay). ¡Qué buen contrapeso hace la gran Venezuela defendiendo lo indefendible!, en este caso solamente la prisión por razones políticas, ya que no se habló de libertad de prensa ni de corrupción de los líderes populistas.
Recordarán algunos lectores el lamentable papel que cumplía el diario Patria tratando de justificar la prisión y persecución por disentir con la dictadura, las torturas de los prisioneros, el exilio y el confinamiento de compatriotas. La policía política al mando de Planás, Schreiber, Duarte Vera, Pastor Coronel y otros temerarios jefes torturadores actuaba con potestades de fiscal y juez para disponer de la vida y bienes de la gente, que Patria se encargaba de justificar con informes, fotos, testimonios creados a medida con el rótulo de “informes de inteligencia” o versiones incompletas que se excusaba de completar por “razones de seguridad”.
La Delcy estaba cumpliendo en la Cumbre ese mismo papel, a lo que agregó el consabido argumento de injerencia en los asuntos internos, aun cuando estaba claro incluso para criaturas de grado A que el Presidente argentino estaba planteando que los países que integran el Mercosur cumplan la cláusula democrática que ellos mismos firmaron, con base en la cual pidió la libertad de los presos políticos en Venezuela, que además de no cumplir la cláusula se niega a refrendar el protocolo de Derechos Humanos.
Y para completar el cuadro, la Presidenta brasileña nos sale con la extraña postura de felicitar a Maduro por aceptar la derrota, lo que revela que ella, al igual que casi todos, tomó muy en serio la amenaza de “no entregar la revolución”.
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“Felicito a Nicolás Maduro por su espíritu democrático al aceptar la derrota en las elecciones”, dijo la Mandataria con tono de alivio, lo cual es una verdad puntual aunque no contextual. Aceptó la derrota, pero todo lo demás que hace en función de poder delata justamente la falta de espíritu democrático de Maduro, como por ejemplo, la formación de las asambleas comunales para tratar de neutralizar a la asamblea nacional opositora y la existencia de prisioneros por razones de conciencia.
Además, Dilma se olvidó de felicitar a Scioli, que también aceptó la derrota frente a Macri, y faltó crítica a su amiga Cristina por alentar la resistencia al triunfo democrático de la oposición en la Argentina. Gracias Delcy por ayudarnos a recordar un régimen que los paraguayos ya nunca más queremos soportar y gracias Dilma por ayudarnos a entender que los olvidos, al igual que el silencio, delatan mejor la doble moral de la élite política.
ebritez@abc.com.py
