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Por ejemplo, en Paraguay el abigeato es más grave –en términos de pena– que el abuso a un/a menor, por citar un ejemplo. Lo que evidencia a las claras cómo estamos.
Independientemente de lo que ofrece el Código Penal, de las elecciones se pueden sacar también buenas conclusiones cada cierto tiempo. A 15 días de los últimos comicios en nuestro país hay varios síntomas de preocupación pero también se ve la luz de esperanza.
En el Senado se mantiene el 60% de los legisladores (varios de ellos vienen de la Cámara Baja). Y en Diputados, el 36% queda y el 64% se reparte entre castigados por el electorado, los que fueron al Senado y quienes se candidataron al cargo de gobernador.
En teoría, la bendita “renovación” se dio en Diputados. Podemos gritar ¡Aleluya! pero hay dos factores importantes: Desconocemos la calidad de los nuevos legisladores, conste que varios son medio sospechosos. Pero atención a este dato: de 80 miembros de la Cámara Baja, 42 colorados asumirán desde el 30 de junio.
No obstante, las candidaturas mediáticas o unipersonales –como quieran llamarlo– prenden mejor a nivel regional porque el electorado es más reducido, salvo que la población entera les conozca y confíe en ellos como ocurrió con Patria Querida (con Fidel Zavala), Hagamos (de los humoristas de Ab Ovo) y Cruzada Nacional, con Payo Cubas, a quien lo ven como un “rebelde” con causa.
Otra figura premiada fue la del antizacariista Jorge Brítez y la de Kattya González, quien le cantó las 40 al acusado senador cartista Víctor Bogado en el Poder Judicial y fue una de las primeras en denunciar los fatos en el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados. Entre los castigos están: Unace (desaparece de Diputados y se reduce a una banca en Senado) y Avancemos País (tanto en Diputados como en Senado).
A nivel presidencial, Marito es el gran ganador desde las internas de su partido. Derrotó al gran aparato cartista el 17 de diciembre de 2017 pero cometió el error de abrazarse a quien tanto criticaba. Y la ciudadanía le castigó pero le salvó la estructura partidaria de la ANR, motivo por el cual está obligado a repartir cargos.
Varios le apoyaron a Efraín Alegre por convicción y algunos movidos por el anticartismo. Pero la profunda división del PLRA le pasó factura. Llano ni apareció en campaña en favor de su correligionario y el Frente Guasu no pudo ocupar ese espacio con Leo Rubin.
Pero el golpe más duro se dio en Central: un animador de fiestas derrota la hegemonía liberal. ¿Es el signo de los nuevos tiempos?