El nuevo gobierno pide opiniones y ayuda a la sociedad y ofrece el plazo de un año para debatir y llegar a definir qué hará con la educación actual y cómo se educará en adelante. Hasta el momento, la consulta se presenta totalmente abierta. Aunque hay consenso en que el estado actual de la educación es inadmisible, el Gobierno no ha presentado un diagnóstico fundamentado de la situación del sistema y los procesos educativos. Tampoco se conoce ningún marco de referencias, ningún catálogo de temas cuestionados, ninguna hipótesis discutible; se puede opinar lo mismo sobre la infraestructura de los jardines de infancia en educación inicial, que sobre el currículo académico de la carrera de medicina. Esta metodología de consulta radicalmente abierta tiene la ventaja que todos podemos decir lo que queramos, y tiene el inconveniente de la esterilidad propia de la dispersión. La consulta sería más eficaz si tuviera claras las reglas de juego. Toda consulta meritoria, tiene método.
Cuando se habla de problemas de educación, incluso entre profesionales de la misma, es muy frecuente hablar de síntomas y no de causas y modos de solución argumentados. Y también es frecuente pensar que los síntomas son el problema. Por ejemplo: el problema de la educación no es que los estudiantes tengan muy bajo rendimiento académico; eso es un resultado y síntoma de que algo no funciona bien en los procesos de enseñanza-aprendizaje.
El problema está entre múltiples causas posibles, en un conjunto complejo de causas, puesto que el proceso de aprendizaje es sistémico, dentro además de todo el sistema educativo. La “gente” le echa la culpa o a la pereza del estudiante, que no estudia, o a la incompetencia del profesor, que no sabe enseñar, o a los dos. Y la verdad es que esos factores influyen en el resultado, pero no son los únicos, ni son independientes; dependen de otros muchos factores (ambientales, emocionales, nutritivos, culturales, lingüísticos, sociales, ideológicos, etc.). Es un gran desafío detectar las causas de los síntomas en educación.
Los procesos de cambio en la educación son lentos, si no quieren ser traumáticos. Y para ser eficaces necesitan plantearse con pensamiento estratégico. Hay cambios de factores determinantes y los hay de factores que sirven para el marketing político, pero prácticamente intrascendentes. Lógicamente el cambio más importante, el más caro y difícil es el cambio de las competencias y actualización profesional de los educadores, sean profesores, directivos, supervisores, equipos de orientación, etc. Los cambios son históricos, se hacen en un momento concreto de la historia de la nación y del mundo. No es lo mismo la reforma de la educación tras la caída de la dictadura para educar y preparar para la democracia, que un cambio en el siglo XXI, cuando el futuro ya está golpeando nuestras puertas. Por ejemplo, los cuestionamientos que está planteando el “transhumanismo”, además de las provocaciones que presentan las distintas formas de globalizaciones, nos obligan a pensar muy bien sobre qué antropología pedagógica, es decir, sobre qué modelo de hombre y mujer vamos a trabajar los educadores profesionales y familiares para proponer a nuestros educandos. ¿Cómo queremos que la niña y el niño se desarrollen y sean educados para que realicen todas sus potencialidades de mujer y varón? Si nuestro sistema educativo no lo define, estaremos trabajando sin rumbo, a lo que salga, lo que quiere decir que no estaremos educando.
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En un mundo globalizado y pluricultural, toda propuesta educativa debe consolidar sus cimientos con la máxima solidez científica; por eso el nuevo sistema debe construirse sobre la base fundamental de todo sistema educativo sólido, explicitando su antropología integral pedagógica, su filosofía de la educación, su sociología de la educación, para dejar constancia de qué modelo de hombre y mujer, que modelo de sociedad y qué modelo de educación se visualizan en el proyecto y aclarando por qué se eligen tales modelos. Entre tanto, es hora de cumplir todos los artículos de la Ley Orgánica del MEC, promulgada hace 20 meses.
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