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Las modificaciones del Anexo C, deja como una pesada carga sobre la Entidad Binacional Yacyretá (EBY): la deuda sin respaldo de 4.000 millones de dólares. Además, Paraguay está obligado a financiar el 50% de la maquinización del brazo Aña Cua, que solo beneficiará al vecino país. También aplaza por una década –desde 2023 a 2033– el pago de compensación por territorio inundado.
De acuerdo a las estimaciones, Misiones será una de las zonas afectadas por las inundaciones que se producirán una vez que empiecen los trabajos en el brazo Aña Cua del río Paraná. De modo que suspender el pago de compensación por diez años es como ponerse la soga al cuello, desconociendo las repercusiones ambientales y daños a las poblaciones en zonas de influencia del proyecto de la nueva central hidroeléctrica.
A esto se suma la crisis en la Argentina que se ventila con el “Cuadernazo de la corrupción” donde aparecen ex altos funcionarios del kirchnerismo metidos en coimas, sobornos y entrega de “maletines” en el sector energético.
Según los entendidos, con la modificación de las notas reversales, se consuma la entrega de soberanía energética.
Suena hasta paradójico. El 3 de abril de 1990, ya el entonces presidente Carlos Saúl Menem, a pesar de su cuestionada gestión de Gobierno, calificó a Yacyretá como “monumento a la corrupción”. El pago por compensación por parte del vecino país, siempre fue un drama y hubo atraso en cubrir sumas estipuladas en concepto de royalties.
Misiones muy pocos beneficios ha recibido, al igual que Ñeembucú, dos departamentos que requieren de compensaciones. Se elevaron los índices de pobreza y extrema pobreza en la región en estas zonas, mientras los políticos se reparten cargos con jugosos salarios en Yacyretá.
rmontiel@abc.com.py