“Escuadrilha da fumaça”

SALAMANCA. Siempre tuve como un periódico serio a “Le Monde Diplomatique” (en español) y nunca lo compré, pues vale casi cuatro veces más que cualquier periódico español. Mi natural tacañería quedó quebrada cuando en su último número vi que en la primera plana, como título principal, se leía: “Intentona golpista contra Venezuela”. La información, firmada por Ignacio Ramonet, me convenció que quienes vayan a países con gobiernos autocráticos deben pasar no solo por la facultad de periodismo, sino también tener algunos años de pasantía en regímenes políticos como este.

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El enviado especial narra el intento de golpe no contra Venezuela, como dice el título, sino contra el régimen de Nicolás Maduro y explica que las Fuerzas Aéreas venezolanas tienen varios aviones brasileños Tucano: T-27 (de entrenamiento) y AT-27 “armados para ataques a tierra”. Lo considera “un agresivo pájaro aéreo”. Transcribo más abajo todo un párrafo pues me parece sin desperdicio:

“Y precisamente uno de esos Tucanos militares, artillado para atacar, debía bombardear el Palacio de Miraflores, en Caracas, el pasado 12 de febrero. Y matar al presidente Nicolás Maduro. Tenía asimismo por misión atacar el Ministerio de Defensa, destruir el edificio que alberga los estudios del canal de televisión internacional Telesur para sembrar el caos y la confusión”. Luego, al citar a Maduro esta lista crece, ya que los insurrectos debían “hacer despegar un avión Tucano y atacar el Palacio de Miraflores, y otros objetivos tácticos como el Ministerio de Defensa, el Consejo Nacional Electoral y la sede del canal Telesur”.

Lo primero que se me ocurrió pensar fue que si “un avión Tucano” tenía que destruir varios edificios enteros, y me imagino que ninguno de ellos pequeño, quiere decir que los brasileños deben estar fabricando aviones similares a los superbombarderos norteamericanos B-52. Fui a la página del fabricante Embraer y vi las fotografías de los “agresivos pájaros aéreos” para descubrir que son los que utilizan en el Brasil en la “Escuadrilha da Fumaça” para espectáculos de acrobacia aérea.

Estamos pues en presencia de un avión apocalíptico como apocalíptico es todo aquello que no se encuentre al servicio del “pensamiento bolivariano”. Luego el corresponsal se queja que, a pesar de todos los detalles ofrecidos por Maduro, la prensa internacional, incluida la de Latinoamérica “le ha dado poco crédito a este anuncio”. Esta “incredulidad –dice– forma parte de la estrategia de los grandes medios de comunicación dominantes en guerra contra la revolución bolivariana”. En guerra estamos pero no contra ninguna “revolución bolivariana”, sino contra la irracionalidad de un grupo de políticos corruptos, despóticos, de pensamiento totalitario y con ideas avasalladoras.

Los países que conforman el organismo Unasur acaban de pedir a los Estados Unidos que retiren las recientes sanciones contra altos funcionarios del gobierno de Maduro, olvidando que aquel país, en uso de su soberanía, puede decidir a quién recibir en su territorio y a quién no. Hasta los bares, los restaurantes, las cafeterías lucen un cartelito que dice: “La administración se reserva el derecho de admisión” y nadie se queja. Pero la cosa no se detiene allí. La medida tomada por los Estados Unidos llevó a descubrir que los jerarcas de Venezuela tienen cuentas secretas en Andorra donde esconden enormes fortunas cuyo origen se desconoce. La noticia conmocionó el ambiente bancario, sobre todo en España, y los ahorristas andorranos del Banco Madrid, la entidad intervenida, conocieron lo que es el “corralito” y al cabo de varios días de investigación el banco fue cerrado.

Quienes hemos vivido en regímenes dictatoriales conocemos muy bien las artimañas de los dictadorzuelos que, a falta de inteligencia, muestran sin embargo una desbordante imaginación para inventar golpes de Estado, masacres en masa, bombardeos apocalípticos que finalmente culminan con el apresamiento, la desaparición, la deportación, el asesinato o el fusilamiento de aquellos que tienen el coraje de oponerse a sus macabros designios. La próxima vez, si quieren que les creamos, nada más que un poco, por lo menos busquen modelos de aviones más letales y no los que son destinados a acrobacia aérea tirando humo de colores por el caño de escape (o por donde sea).

jesus.ruiznestosa@gmail.com

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