Todos los ciudadanos queremos la tranquilidad y ojalá que los parlamentarios que originaron esta crisis, recapaciten sobre sus posturas y rectifiquen rumbos para volver a la normalidad.
Quienes amamos la democracia y el Estado de Derecho, vestimos el luto del dolor, primero por la muerte de Rodrigo Quintana y segundo por la violación de la Constitución; un hecho, resultado de otro. Una acción lamentable que produce otra más triste todavía. Y el espiral de violencia no se detiene.
Los paraguayos y las paraguayas somos conscientes de lo que está sucediendo en nuestro país. La mayoría no tenemos confianza en los políticos y pensamos que solo quieren sus propios beneficios. Volver a la dictadura sería muy triste después de todo lo que sufrimos en los tiempos de Stroessner y decimos esto, porque si pretenden eternizarse en el poder, es un signo de intentar volver hacia atrás como un cangrejo.
Mientras tanto, tenemos que analizar con calma, para no añadir más leña al fuego. Monseñor Edmundo Valenzuela, arzobispo de Asunción, viendo cómo se desarrollan los acontecimientos, avisó a los políticos involucrados que si no paran con el tema de la enmienda, esto puede convertirse en una Revolución Civil sangrienta, como fue la del 47. La sociedad, en estos momentos ya está dividida. Por un lado, los que están a favor y otros, que están en contra. Claro que los primeros son interesados y manipulados por seccionaleros, como ocurrió con la diputada Perla Vázquez, que humilla a sus seguidores, ofreciéndoles coquitos y gaseosas. Y cuántos otros aprovechan la pobreza y la ignorancia, compran votos y conciencias, por chauchas y palitos.
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En estas Pascuas de Resurrección, es bueno recordar la vía Crucis de Jesús y todo lo que sufrió en el Calvario para salvarnos de la muerte y del pecado. Nadie entre nosotros se animaría a atravesar por aquello. Al contrario, no salimos de la zona de confort y vivimos la Semana Santa como días de turismo y comidas. Para algunos, la felicidad es alzar las fotos de sus tatakuas con sopas, carnes y chipás, en las redes, exhibiendo su feria de vanidades.
Tanta frivolidad nos lleva a pensar que si Jesús volviera hoy, otra vez sería crucificado. Así como Pilatos se lavó las manos y quiso que la multitud decida, hoy pasa lo mismo, salvando tiempos y distancias.
Sobre el mundo se ciñe un oscuro panorama y según el Papa Francisco, puede iniciarse una tercera guerra mundial. A nosotros los paraguayos, de buen corazón y que sentimos el patriotismo, en la piel, en los poros, en la sangre, en el alma, nos corresponde poner todo de nuestra parte para defender la democracia, no a través de la violencia, sino pacíficamente, con tolerancia, argumentos sólidos y mucho patriotismo. Esa es la forma de construir la paz. No mirando intereses particulares, sino viendo que la nación es un proyecto común.
blila.gayoso@hotmail.com