Freno a integración de los pueblos

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El proceso de integración regional, que pasa por una gran crisis por el traspaso de mando a la Venezuela de Nicolás Maduro en el Mercosur, sufre igualmente de una incomprensible traba en la relación de frontera de nuestro país con el nordeste argentino.

La crecida, que se llevó consigo el esfuerzo de los productores del Ñeembucú, invadiendo chacras y otros lugares de trabajo de los que habitan el Sur, fue también el motivo para la suspensión del importante servicio de balsas que desde 1991 ayuda a la integración entre argentinos y paraguayos, en esta zona fronteriza.

A fines de 2015, las aguas que se mostraban incontenibles, invadieron las instalaciones portuarias de Colonia Cano y dejaron sin posibilidad de acción a la balsa Villa Florida.

El fenómeno natural felizmente fue cediendo con el paso de las semanas. A pesar de ello y del largo tiempo transcurrido desde que las condiciones del agua retrocedieron las autoridades no han sido capaces de reponer un servicio tan útil y básico como es el cruce vehículos y personas en balsa.

Con la excusa inicial fue la necesidad de mejorar las instalaciones portuarias en el lugar de atraque de la embarcación, posteriormente el equipamiento de la Aduana argentina y luego otras explicaciones poco convincentes.

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Los habituales usuarios de este servicio sintieron en carne propia un incomprensible freno a su actividad.

Las gestiones de las autoridades paraguayas y el ruego de los pobladores del área compartida, no han logrado de torcer la voluntad de los funcionarios argentinos, que congelaron el proceso más allá de lo razonable.

Desde hace meses anuncian la reanudación del servicio entre Colonia Cano (Formosa) y la ciudad de Pilar.

Esperemos que en esta ocasión la promesa se concrete, y en próximas oportunidades se proceda con mayor agilidad, para demostrar que estamos en un verdadero proceso de integración entre pueblos hermanos.

Sólo así podremos seguir soñando por lo dicho en la inauguración del paso fronterizo, por los mandatarios Carlos Menem, de Argentina y Andrés Rodríguez (+), de Paraguay, que expresaban en 1991 que el cruce de balsas sólo sería una solución temporal, mientras se avanzaba en la construcción del anhelado puente internacional.

clide.martinez@abc.com.py