Las organizaciones están muy involucradas en los millonarios negociados que generan los conflictos, puesto que los predios en disputa son aptos para todo tipo de trabajo de campo y tienen un valor que ronda los US$ 20.000 dólares por hectárea.
Los inconvenientes existentes actualmente en las colonias Guahory, Pindo’i y Banderita podrían ser un claro ejemplo de la intromisión de los diferentes grupos para sacar alguna tajada.
Los políticos, supuestamente preocupado$ por la situación, realizan visitas con el objetivo de popularizarse a costillas de los labriegos de la zona y a través de ellos captar la mayor cantidad de adherentes para las elecciones.
Los religiosos, que tienen gran influencia en la zona, patrocinan a los labriegos para ocupar las tierras y cultivar las grandes extensiones para luego comercializar los productos.
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En tanto, las organizaciones sociales de supuestos sin tierras, que tienen como gran negocio el pretexto de la falta de inmueble, incentivan las invasiones para luego negociar sobre la compra con las instituciones del Estado.
Es así que innumerables familias de localidades lejanas muchas veces son trasladadas bajo promesas falsas para pelear por un pedazo de tierra. Sin embargo, luego de toda la disputa reciben migajas.
Asimismo, las autoridades que se encargan de la justicia, policías, fiscales e incluso periodistas, no pierden la oportunidad para sacar sus tajadas y se pasan recibiendo dinero para proteger o apoyar hacia un solo sector.
En ese sentido, un video difundido recientemente mostró cómo el exjefe de Policía de Caaguazú Crio. Willian Giménez recibía una importante suma de dinero para cubrir la “logística”.
Al fin y al cabo, si el sistema corrupto no se derriba y si no se cambia por completo, este problema seguirá siendo un gran negociado para las altas esferas de nuestro país.
victor.barrera@abc.com.py