Independencia y educación

Los Próceres de Mayo quisieron también independizar el país de la ignorancia. La Primera Junta Gubernativa se propuso en enero de 1812 “mejorar la educación de la juventud” porque “las escuelas son el taller donde se forman los grandes ciudadanos”. Dictó una “instrucción” de 73 artículos para las escuelas de primeras letras. La Junta reabrió el Real Colegio de San Carlos y fundó una academia literaria. Se le debe también la primera biblioteca pública.

Cargando...

El inspirador del plan educativo fue Fernando de la Mora, integrante de la Junta Gubernativa con Fulgencio Yegros y Pedro Juan Caballero. El Dr. Francia se había retirado. A su regreso al poder tramó la destitución de Fernando de la Mora, la persona más instruida de su tiempo.

En 1820, como efecto de la conjura, el dictador Francia cerró el colegio de San Carlos. “En el orden cultural –dice Julio César Chaves–, los paraguayos por falta de institutos de enseñanza, de libros, revistas e imposibilidades de viajar no pudieron ya aprender ni enseñar. Varias generaciones se formaron a oscuras”.

También las anteriores generaciones “se formaron a oscuras” por la total despreocupación de la corona. A finales del siglo XVI se rogó al virrey la creación de una Universidad –más tarde lo haría también Hernandarias– para los muchos “hijos y descendientes de antiguos conquistadores, de buenos entendimientos, capaces y habilidad para aprovechar y pasar muy adelante en las letras, si hubiere comodidad para ello, porque Lima, que es la Universidad más cercana, está a más de ochocientas leguas y por la pobreza no pueden los padres sostener a sus hijos”.

En el siglo XVII, el gobernador criollo Hernando Arias de Saavedra, Hernandarias, se preocupó notablemente por la educación. Cuando insistió en la creación de la universidad, obtuvo el permiso para hacerlo, pero a costa de los asuncenos que “si caen sus casas –expresa un memorial– no la pueden alzar y remediar, ni tienen posible para ello, por haber acudido como acuden con tantas veras, presteza y humildad al Real servicio en todas las ocasiones, con sus personas, haciendas, armas y municiones, y otros pertrechos de guerra y demás (…) para poder acudir al socorro y sustento de las dichas poblaciones han vendido sus haciendas, así muebles como raíces, que han quedado gastados y pobres”. Algunas mujeres “han vendido sus vestidos y ropas, mantos y otros géneros”.

Aun así, convencido de los beneficios de la educación, Hernandarias abrió la primera escuela pública del Río de la Plata. Cuando, a su pedido, llegaron los jesuitas les exhortó que educaran a los hijos del país “así en lo que es gramática como en las demás cosas y artes”. El colegio se instaló con la ayuda económica de Hernandarias, el Cabildo y algunos vecinos.

Los esfuerzos de la Primera Junta Gubernativa fueron retomados por Carlos Antonio López que entendió –por experiencia propia– que la independencia nacional estaría más segura en manos de ciudadanos instruidos y que tenerlos encerrados en el círculo de las primeras letras, como lo había hecho el dictador Francia, era condenar al país a un peligro constante de ser devorado por sus vecinos.

Hoy el Paraguay ya no padece la pobreza extrema de los tiempos coloniales. Cuenta con recursos suficientes para llevar adelante ambiciosos proyectos educativos. Hoy el problema es la corrupción.

Con la participación de los estudiantes, más la gestión del nuevo ministro, Enrique Riera, se abre un nuevo capítulo en nuestra azarosa vida educativa. Hay razones para confiar en que nuestro país se encamina hacia su independencia de la pobreza educativa.

alcibiades@abc.com.py

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...