En lo que transcurrió de junio ya se registraron 10 asesinatos y en menos de seis meses de 2019 suman 52 personas asesinadas en esta frontera, que en un 99% quedaron impunes.
Las autoridades del gobierno central abandonaron a su suerte al departamento de Amambay, situación que aprovechan los mafiosos para apoderarse del mismo al estar mejor equipados en cuanto a armas, municiones y vehículos que la Policía Nacional. Estos grupos se dan el lujo de moverse en vehículos blindados y con poderosas armas de guerra.
Los traficantes de cocaína, armados hasta los dientes, transportan la mercancía en aviones, camionetas lujosas. Los de marihuana se manejan prácticamente de la misma forma, aunque también llevan la hierba por tierra en grandes camiones.
El presidente de República Mario Abdo Benítez llegó al Amambay para participar del inicio de una operación de corte de marihuana por la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), que dura más de dos semanas. Asistieron incluso representantes de la Policía Federal brasileña y una ministra argentina.
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Sin embargo, el gobierno nacional nunca realizó un operativo, con la misma parafernalia, contra los traficantes de cocaína y armas, que son finalmente los que más dinero ganan y a más gente sobornan y asesinan en esta frontera.
Las raras veces que las autoridades nacionales realizaron operativos para intentar atrapar a algún “pez gordo” del trafico de cocaína fue gracias a la información de inteligencia de Antidrogas del Brasil. Pero, la mayoría resultó infructuosa, debido a que el “capo” siempre logra escapar antes de la llegada de los intervinientes, gracias a sus informantes en las propias estructuras de poder.
En los más de 24 años de trabajo periodístico en esta zona del país, me ha tocado entrevistar a capos de la drogas, sicarios y agentes antidrogas y todos ellos coinciden en que nunca se montó un verdadero operativo para ubicar y detener a los auténticos capos de la cocaína en esta parte de nuestro país.
Es mucho más fácil y, sobre todo, más seguro, organizar incursiones en épocas de cosecha en los marihuanales que realizar investigaciones serias a nivel de inteligencia a fin de lograr capturar a los verdaderos narcos que operan con pistas clandestinas, trafican cocaína con poderosos armamentos y con un alto poder económico.
Es mucho más “efectivo” ir tras las plantaciones de marihuana y tener la presencia de presidente y ministros, cuyas fotografías cortando con un machete las plantas de marihuana rodeados de personal de seguridad armados circulan en las redes sociales, mientras los capomafiosos del narcotráfico se toman vacaciones, aguardando que terminen las incursiones.
Es más sencillo ir a las plantaciones de marihuana, detener a los “cultivadores” que muchas veces no tienen otra opción que plantar la “hierba maldita” para los poderosos “patrones” brasileños. Dedicarse a otros rubros para muchos agricultores de Amambay ya no es opción porque conseguir mercado es casi imposible y si lo logra recibe una paga miserable que no alcanza para cubrir el costo de producción.
Esta inacción de las autoridades nacionales ha hecho que Pedro Juan Caballero sea visto y conocido a nivel mundial como un punto neurálgico del tráfico de drogas, principalmente cocaína, en el Cono Sur. Mientras esto ocurre, en el Amambay la gente de bien sigue esperando que surja un gobierno patriota, formado por hombres libres y sin ataduras, que encaren una lucha frontal para acabar con tantas muertes, impunidad y complicidad, que libere a la zona de los mafiosos.
Entre tanto seguiremos contando muertos con una inseguridad galopante y con la sombra macabra del PCC y el Comando Vermelho sobre la toda la población.
candido@abc.com.py