Karai Octubre

El 1 de octubre, todos los años, puntualmente llega Karai Octubre, según el folclore, un personaje con sombrero enorme y una alforja, que anuncia una mala noticia: la escasez. Para espantarlo, hay que comer el jopara, un suculento plato preparado a base de locro y poroto. Gran parte de la población saboreó este menú siguiendo la tradición, por las dudas, para no encontrarse con la desagradable sorpresa de no tener nada que llevar a la mesa, mejor, a la boca. Según la creencia popular, Karai Octubre nació no se sabe dónde ni cuándo, pero sí por qué, ya que en estos meses ya se agotan las provisiones de maíz, maní, poroto y demás alimentos que se guardan para el consumo de la familia. Las nuevas cosechas recién se obtendrán en noviembre y, mientras tanto, se come lo que sobra en existencia, en el stock de la cocina o en el rincón del depósito o el galpón. Claro está, que con la magia y el misterio de toda ama de casa paraguaya, cuyo magisterio es precisamente hacer artes de magia, aparecerán, sin dudas, algunos huevos caseros guardados de agosto, en que las gallinas se ponen al día, algunas raíces de mandioca, batata o lo que sea, para no pasar tan mal estos días.

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En realidad, en el Paraguay es un poco difícil pasar hambre, ya que vivimos en un país bendecido, donde uno tira una semillita y al tiempo, con una lluvia como la que cae en estos tiempos, germinan enormes zapallos, calabazas, poroto manteca o algún cítrico, que dará abundante frutos, con el paso del tiempo.

La sociología nos muestra que somos gente de celebrar cualquier acontecimiento, en este Paraguay bendito. Desde Navidad, Año Nuevo y Reyes. Abundantes comidas y bebidas. Hay que molinar, mientras tanto, el maíz y el choclo, porque la sopa es infaltable, no solo en los casamientos, sino que es la estrella gastronómica de nuestra Semana Santa. Después, hay que prepararse para el día de la madre, del padre y del Espíritu Santo. Mayo y junio, días frescos y soleados, que invitan al asado, la mandioca y un poco de verduras, que es lo que más conviene a la salud del cuerpo, pero de menor demanda y consumo popular. El uno de mayo, como muestra, basta este botón. Por ahí, habrá chicharõ trenzado y payaguá mascada en las fiestas de San Juan, y a finales de julio tendremos la gran excusa de reunir a los amigos con una sola finalidad: comer y beber. Cualquier cumpleañitos, aniversario, debut, despedidas y bautismos surgirán del calendario, sin falta, como por arte de magia, y podrán celebrarse sin ningún impedimento. Para qué negarlo. Los paraguayos y las paraguayas pensamos la mayor parte del tiempo en la comida y, sobre todo, en llenar la heladera. No es precisamente una virtud que brilla en nuestra costumbre el ahorro o la austeridad, quizás debido a nuestra sangre indígena, que nos lleva a consumir todo en un día lo que, tal vez, nos podría durar varias semanas.

En fin, no nos preocupan todos los Karai Octubre que puedan instalarse cómodamente en nuestras casas. Ya encontraremos la magia y el misterio (magisterio) para resolver el inconveniente. Trucos y estrategias hay a montones.

Lo cierto es que mientras cortamos las verduras y remojamos los porotos, nos anuncian los nuevos precios de los combustibles. Y esto, como ocurre siempre, significará la suba del pasaje y de los precios de la canasta familiar. Canasta cada vez más flaca y costosa. No tiene artículos como joyas, perfumes o cosméticos caros, pero la canasta básica, cada vez más reducida en su contenido, es un artículo de lujo y muy suntuoso, al que cuesta mucho acceder. Y no hablemos de una familia, que con sueldo mínimo tiene que alimentar a su prole, educar, vestir y comprar medicamentos. Los pobres no nos podemos enfermar. Por todo lo señalado más arriba, Karai Octubre, en su versión 2018, se vino con todo. Hasta en el Hospital de Clínicas saborearon el jopara. Algunos nos preguntamos en silencio: ¿podremos realmente espantarlo?

blila.gayoso@hotmail.com

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