Jesús empieza con una afirmación categórica: no podemos servir a dos señores, a Dios y al dinero, pues uno de ellos siempre estará en primer lugar, y el otro se quedará postergado.
En la búsqueda por las cosas esenciales esta indicación es de capital significado, pues todos sabemos cómo “el vil metal” es atractivo, y cuantas fechorías se hacen con tal de obtenerlo. No es raro que las personas quieran dinero y más dinero, sin importarse si lo ganan de modo honesto o a través de corrupción, indecencias y atracos. Una busca muy despistada es querer más bienes solamente para derrochar más.
El Señor, que nos creó por amor y con infinita sabiduría, sabe qué cosas necesitamos para vivir: la comida, la bebida, la ropa, el trabajo, las medicinas, el descanso y tantas otras cosas. Por ello, nos muestra cuál debe ser nuestro verdadero interés y lo proclama claramente: “Busquen primero el Reino de Dios y su justicia y todo lo demás se les dará por añadidura”.
Para que lo entendamos usa dos comparaciones y una pregunta. La primera comparación es la de los pájaros del cielo, que no siembran ni cosechan, sin embargo el Padre los alimenta. Después sostiene que debemos aprender con los lirios del campo, que crecen sin fatigarse ni tejer, y ni siquiera el rey Salomón en su gloria se vistió tan lindo como ellos.
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Y pregunta ¿quién de nosotros con todas las preocupaciones y búsquedas puede añadir un solo instante al tiempo de su vida?
Sin embargo, es necesario entender bien estas comparaciones, pues Él no declara que podemos cruzar los brazos, llevar la vida estilo “tekorei avión bocina”, que el Padre nos proveerá milagrosamente de todo. Al revés, tengamos en cuenta el proverbio: “A Dios rogando con el mazo dando”, para manifestar que debe existir un equilibrio entre la busca de las cosas necesarias para vivir y el tiempo que gastamos para conversar con Dios y permitir que su luz nos despierte.
Otro aspecto central es que nuestra busca debe ser el Reino de Dios y su justicia y como fruto de buen árbol, todos tendrán lo suficiente para comer, beber y vestir.
Paz y bien
hnojoemar@gmail.com