La casa de todos

Festejamos estos días el Día del Ambiente, una fecha propicia para reflexionar sobre este tema tan acuciante y que merece debates, análisis y acciones rápidas y concretas. Hace mucho venimos presenciando cómo el planeta, que es la casa de todos, se va destruyendo. Y lo que se hace es muy poco para arreglar tanto desastre.

Cargando...

Cataclismos naturales como volcanes, terremotos, tsunamis y otros fenómenos, no podemos evitar. Pero hay otros que sí lo podemos hacer como lo son las deforestaciones masivas, la contaminación del aire, el agua, el suelo y los alimentos. En cuanto a la deforestación, el Paraguay es uno de los países que más bosques está perdiendo y esto afecta a la flora y la fauna. Incluso, las hierbas medicinales que crecen en esos lugares, van desapareciendo. Las grandes plantaciones de sojales, que se fumigan con poderosos venenos están causando enfermedades a nuestros compatriotas. Hay que investigar la cantidad de enfermos de cáncer por esas zonas. En el Hospital General Pediátrico Niños de Acosta Ñu, de Reducto, San Lorenzo, mueren cuarenta y cinco niños de cáncer, al año. Y en el Hospital de Clínicas, por lo menos, tres al día. ¿Quién habla con seriedad sobre este hecho? ¿A las autoridades no les importa? ¿Y el Ministerio de Salud o del Ambiente, donde están? ¿Qué medidas toman al respecto?

Hace poco, hubo mortandad de peces en nuestro país y si no fuera por la prensa, las autoridades no se iban a mover de sus sillas. Dieron un informe de que se debía a las inundaciones normales en estas épocas, pero estudios realizados en el Uruguay determinaron que murieron a raíz de un derrame de venenos en el Brasil. El negocio de los pescados sufrió un gran impacto y ni qué decir de la incidencia en la salud de los consumidores de ese tipo de carne.

Las aguas de los lagos están supercontaminadas y hasta hoy el lago Ypacaraí no se recupera. Las algas y los camalotes que son limpiadores naturales, también están putrefactos por tanta inmundicia que mató nuestro hermoso lago. Los arroyos y demás cursos hídricos corren igual suerte.

El suelo sufre una terrible acidificación y es pobre en zinc, magnesio, selenio y manganeso, minerales esenciales para nuestro organismo y cuyas carencias originan diversas dolencias. Ni hablemos de los lugares fumigados, donde se mata todo con el glifosato. El paraguayo es muy expresivo en este sentido y llama al herbicida matayuyo o “matatodo”, que contiene glifosato, veneno cancerígeno, cien por ciento. Hace meses, Monsanto perdió un juicio y tuvo que pagar millones de dólares porque los venenos que fabrica matan a las plantas, a los animales y al ser humano.

El fallecido ingeniero Agustín López Núñez descubrió una roca que contiene los noventa y dos elementos que necesita el ser humano. El ECOTOM, que es el producto con los nutrientes mencionados, se vende en casas de productos ecológicos como abono, pero como ocurre con las cosas importantes, nadie le da bolilla. Total, seguimos consumiendo alimentos con venenos y transgénicos, que son fatales para nuestra salud.

En el Día del Ambiente, saludo al doctor Joel Filártiga, sabio, filántropo y humilde. Desde hace sesenta años lucha contra los venenos y los transgénicos y toda la basura tóxica que es un ecoapocalipsis. También a Rubén Figueredo, que fue procesado por cuidar el ambiente y luchar contra poderosos. La Cooperativa APRO o ECO AGRO y tantos más, que día a día se resisten a este exterminio y trabajan con mucho sacrificio, para brindarnos un poco de salud. Ojalá todos imitemos el ejemplo. Estamos viviendo la cultura de la muerte y es difícil combatir al enemigo.

blila.gayoso@hotmail.com

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...