La verdadera disputa se dará por el Senado

En un mes habrá elecciones presidenciales en nuestro país, pero ese hecho no termina de despertar entusiasmo para la mayoría de la gente, por lo que se puede notar en la calle y en las redes sociales.

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Mucho más interés mediático y ciudadano concita la disputa que habrá con relación a las listas para el Senado, como si los electores percibieran que la verdadera lucha por el poder se dará en ese ámbito.

La disputa presidencial entre Mario Abdo Benítez (ANR) y Efraín Alegre (PLRA) importa sobre todo a los partidos políticos a los que pertenecen los candidatos, a sus dirigentes y afiliados (y ni siquiera a todos ellos). Pero, no genera demasiado interés fuera de ese microclima.

El fenómeno tiene que ver con la falta de carisma de los candidatos y el hecho de que hayan llegado a encabezar la chapa de sus respectivos sectores por una serie de casualidades que poco tienen que ver con sus dotes de liderazgo.

Hace poco más de un año, se frustraba, en medio de una grave crisis política con saldo trágico, el ilegal intento de reelección vía enmienda constitucional.

La sede del Congreso fue parcialmente incendiada y, en un caso de terrorismo de Estado que trajo recuerdos oscuros de otros tiempos, un grupo de policías ingresó a la sede del PLRA y asesinó a un joven dirigente liberal.

Quienes impulsaron aquella movida política buscaban habilitar la inconstitucional reelección, lo que hubiese significado el enfrentamiento electoral entre Horacio Cartes y Fernando Lugo.

Esa disputa se concretará ahora con relación a las listas para la Cámara de Senadores, donde cada uno de ellos encabeza la nómina de sus respectivos sectores políticos.

El resultado que se dé finalmente respecto al Senado no podrá tomarse literalmente como el triunfo de uno sobre el otro ya que, estrictamente, no será un “mano a mano” entre Cartes y Lugo, sino una disputa que involucrará a varios candidatos en cada una de las listas.

Además, en esta contienda por el Senado, tendrán incidencia otras cuestiones como el manejo de “maquinarias” electorales, la fuerza de los liderazgos regionales así como la capacidad de acarreo de votantes y el control posterior de los resultados.

Es muy posible que integrantes de los equipos políticos de Lugo y Cartes estén ya calculando que la disputa electoral entre ambos se podrá reeditar en el siguiente periodo presidencial (2023-2028).

De hecho, la agenda de todos los partidos apunta a una Convención Nacional Constituyente en el primer semestre de 2019, donde es casi seguro que se aprobará incorporar la posibilidad de reelección presidencial en la Carta Magna.

Sin embargo, por el camino, pueden ocurrir algunos hechos políticos que saquen de la carrera a cualquiera de los que ahora aparecen como posibles candidatos en el futuro.

Un ingrediente que se agrega al singular coctel político que se nos presenta para el próximo periodo presidencial es la absoluta falta de cohesión con el que llegarán el oficialismo y la oposición en el Congreso.

Por más esfuerzos que hagan los candidatos del Partido Colorado y de la Alianza Ganar para mostrar una supuesta unidad, es evidente que cada uno está jugando su propio partido y esto se notará con más fuerza después del 30 de junio, cuando asuman y se instalen los nuevos legisladores.

Antes y después se sucederán las movidas políticas para posicionarse y encarar, de la mejor manera que puedan, un periodo que, mucho antes de comenzar, ya se anuncia bajo el signo de la incertidumbre.

mcaceres@abc.com.py

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