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Pedía estudiar la obra El Príncipe, de Nicolás Maquiavelo. Sánchez le daba como tarea a sus alumnos la lectura completa de la obra, hacer un análisis y presentar en clase una exposición y conclusiones, bajo un criterio bien establecido.
Era un reglamento del catedrático que sus alumnos lean libros para los trabajos prácticos y exámenes. El objetivo era profundizar la filosofía y la historia de las ideas políticas.
En la actualidad, uno de los problemas en educación es la falta de lectura de libros de textos y de consultas. Además del bajo nivel de educación, Paraguay es uno de los países con menor nivel de escolaridad.
Se llegó a la conclusión de que de cada diez universitarios, uno termina su carrera. Apenas el 10%.
A esto se suma el desinterés por la lectura. Estudiantes, padres de familia y docentes se conforman con las fotocopias de hojas sueltas, a veces de contenidos vacíos y muy superficiales.
En la compleja educación con los avances de las ciencias y la tecnología, en un mundo globalizado y en esta ola de la comunicación nos quedamos estancados y rezagados con relación a los países de la región.
Para analizar y emitir un juicio equilibrado sobre los acontecimientos o una obra literaria o de historia, falta criterio propio, conocimiento y preparación a la luz de la razón. Significa, fuera de todo fanatismo de ideologías partidarias, religiones y de grupos sociales.
Ahora en educación se ventilan problemas graves de planillerismo. Figuran en planillas de cobros de haberes-según denuncias-políticos, intendentes municipales, diputados y fallecidos. Es una prueba más de la falta de educación y delicadeza.
rmontiel@abc.com.py