Lo provisorio permanente

SALAMANCA (España). Aceptamos que nos mientan ya que hace tiempo hemos aprendido que la mentira para el político es como el estetoscopio para el médico. ¿Alguna vez vieron un médico que no lleve este instrumento de auscultar colgado del cuello? Pues así también el político lleva colgada la mentira por serle un instrumento imprescindible para gobernar. Lo que en realidad nos resulta intolerable es que quieran justificar tales mentiras tratándonos como si fuéramos idiotas. Pues no lo somos, excepto cuando vamos a votar ya que, sin aprender la lección, los volvemos a elegir.

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No contenta con su obra maestra en la Avenida Quinta, enamorada de la arquitectura de sus casillas, la Municipalidad ha decidido emprender más obras. Esta vez, en la Costanera, autorizando a los pobladores de la Chacarita la construcción de casas de ladrillos, cimientos de cemento y todo lo necesario para lograr una construcción sólida. Y cómoda, ya que muchas tienen acondicionadores de aire tipo “split”.

Gente que acostumbra hacer deportes en la avenida del lugar está preocupada, pues si bien han dicho que son provisorias, puede que terminen siendo permanentes, de acuerdo a la invención vernácula del tiempo que se sintetiza en “provisorio-permanente”.

Respondiendo a esta preocupación, el asesor en Asuntos Sociales de la Municipalidad dijo que “las treinta familias ubicadas en el relleno están ahí de manera provisoria. Este lugar es conocido como Relleno Burt, es uno de los sitios más antiguos. Ahí fueron reubicados varios pobladores de la Chacarita en el marco de la apertura de vías para acceder a la calle Florencio Villamayor, que está muy saturada”. Con lo cual no quedó claro nada. También dijo, dentro de la misma nebulosa línea de explicaciones, que “varias personas fueron obligadas a salir de sus casas de materiales, y hay casas de hasta dos pisos que se levantaron en el marco de los traslados para liberar las vías y tener accesos a la Chacarita. Pero, sin importar que sean de material, estas casas son provisorias. Todo está documentado, y una vez que se terminen los trabajos, estas personas volverán a ser sacadas de ahí”. ¿Alguien ha creído todo esto?

Más de una vez me ha asaltado la pregunta sobre el origen del odio que existe en nuestro país hacia los espacios públicos. Lo primero que se piensa es cómo ocuparlo, cómo anularlo, cómo cortar todos sus árboles, cómo destruirlo y, finalmente, cómo hacerlo desaparecer. En la época de la dictadura tenía un amigo que era concejal municipal, y le dije que propusiera arbolar las calles con naranjos. Era el árbol ideal, lo suficientemente alto para que la gente pueda pasar tranquilamente por abajo, y lo suficientemente bajo para no molestar los cables del tendido eléctrico. La respuesta fue sorprendente: “Imposible. En la Junta los naranjitos fueron declarados liberales porque los hizo plantar Pedro Bruno Guggiari cuando fue intendente”. Este es el “amor” que se siente hacia la ciudad desde quienes fueron elegidos por la ciudadanía para velar por ella. Lo único que les interesa no es el buen funcionamiento urbano, sino ver cuántos votos pueden captar aquí, cuantos más allá para las próximas elecciones. Hay quien calculó que con estas casas “provisorias-permanentes” se conseguirán más de tres mil votos. No importa que ese amplio y hermoso espacio que se había creado con la construcción de la costanera pierda definitivamente el sentido original que había tenido. Lo que cuenta son los votos.

jesus.ruiznestosa@gmail.com

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