A través de esta participación también es posible conocer los pensamientos de la comunidad. Cuando se comenta sobre alguna mascota perdida, surgen casi siempre los mismos cuestionamientos y ataques, calificando al dueño de irresponsable o, en su defensa, de que a cualquiera se le puede escapar su mascota. Me tocó la vez pasada retener dos perros grandes, cuando di con el dueño, conversamos, me dijo que se habían escapado porque su papá no se fijó que antes de que cierre el portón eléctrico, habían salido los perros a la calle y corrido hasta perderse de vista. “Es la tercera vez que se me escapan –se lamentaba, y de repente se le ocurrió–, lo que voy a hacer de ahora en más es encerrarlos en una parte de la casa cuando yo no esté”. Bien, halló la solución. También desaparecen de veterinarias, y ahí puede ser por descuido, falta de seguridad, falta de personal capacitado, pero constantemente ocurre. El hecho es que la enorme cantidad de perros y gatos que se pierden, se van, se desorientan, corren peligro de ser atropellados, contagiarse enfermedades, etc; todo esto tiene que obligarnos a aprender más, no solo sobre los perros/gatos, sino sobre los nuestros, cómo son, qué podrían hacer, cómo dominarlos. Nunca está de más consultar situaciones posibles con profesionales.
Consideremos que todavía hay personas que tienen perro para cuidar la casa, sin castrar, bien tratado, no humanizado; vale decir que si este perro no tiene horas diarias de paseo y “descubrimiento del mundo”, seguramente a la primera oportunidad escapará.
La gran cantidad de perros de raza que se extravían también nos da lectura de nuestra sociedad: hay mucho negocio con los perros, tanto de los que venden como de los que compran cachorros sin preguntarse sobre las condiciones de cría. Esta gente muy probablemente es la que después, si el perro no cumple sus expectativas de ser “como los de los videos virales”, lo abandone; además de que están más expuestos al robo que los mestizos.
Luego, gatos, toda una problemática definida, mientras las autoridades duermen en sus cuevas. Los barrios están llenos de gatos sin dueño, algunas personas les dan de comer, pero ¿y el resto de los cuidados? Por supuesto, que esto debería ser una política de salud a cargo de las autoridades pertinentes, pero para que eso suceda van a pasar, con suerte, unas cuántas décadas. El envenenamiento es común y muy difícil de descubrir para denunciar. En estos casos hay que prevenir: visite a sus vecinos, preséntese, describa a su gato, cuente que tiene todas las vacunas y que está o será castrado. Los envenenamientos están muy ligados a la mala relación entre vecinos. Por eso, para alejarnos de este peligro, hay que negociar, no aislarse, si amamos a nuestros animales tenemos que responder por ellos, aunque nos cueste relacionarnos socialmente.
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“Alguna gente habla a los animales. No muchos los escuchan. Ese es el problema” (A.A. Milne).
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