No es por falta de dinero

SALAMANCA, España. No sé si este Gobierno es “de la gente“, si cumplirá con aquello de que “caiga quien caiga” y muchas otras muletillas que circularon durante los días previos a las elecciones con la intención de atraer votos. Es una pena que terminadas las elecciones no existe ningún mecanismo por parte de los ciudadanos de reclamar a sus candidatos que cumplan con lo prometido. La única excepción que conozco a esta regla es el Reino Unido donde los tribunales le han citado a Boris Johnson para que responda por todas las mentiras que dijo cuando el referéndum del Brexit, es decir, la salida del Reino Unido de la Unión Europea.

Cargando...

Lo que sí es cierto es que este Gobierno se ha convertido en una verdadera caja de sorpresas y no pasa un día sin que no salte alguna que nos deja pasmados, preguntándonos: ¿pero entonces las cosas eran así? 

Las últimas sorpresas tienen que ver con el uso del dinero público, no el que se roban a manos llenas un grupo de privilegiados contra los cuales la Justicia parece no poder hacer absolutamente nada pues son muchos los intereses los que aquí intervienen y aseguran la impunidad de estos delincuentes. El dinero al cual me refiero es el que se tiene presupuestado para diferentes proyectos pero resulta que no se ejecutan. ¿Por qué? Vaya uno a saber.

Días atrás, Carmen Romero, directora ejecutiva del Fondo para la Excelencia de la Educación y la Investigación (FEEI), nos hizo saber que su oficina recibió 584 millones de dólares en seis años. Esto, traducido a moneda local, equivales a tres billones de guaraníes. Tales fondos tendrían que haberse invertido en el mejoramiento de la educación en nuestro país, que figura como una de las peores del continente, lo que ya es mucho decir. Incluso estamos compitiendo con Haití. Valiente adversario tenemos.

La directora Romero, para nuestra tranquilidad, afirmó que existen proyectos de baja ejecución presupuestaria. Ello significa que el dinero no se gastó o bien finalizarán entre 2022 y 2023. Y para ponerle la guinda a la torta, atribuyó todos estos retrasos a la burocracia y al continuo cambio de ministro de Educación, siete en seis años.

Sean cuales sean las razones –y todas ellas suenan a pretextos– el tema es que se tiene el dinero pero no se puede gastarlo en algo tan urgente y vital como es el tema de la educación, que bordea el límite de la catástrofe, desde la propia infraestructura edilicia a los contenidos de los programas de estudio.

Es lo mismo que pasa con los desagües pluviales. La municipalidad de Asunción cuenta con los fondos para la construcción de los mismos y los responsables se lamentan que el dinero presupuestado “no se ha ejecutado”. ¿Por qué? Y miran para otro lado. 

No pasa día, sin embargo, que no nos enteremos que en tal ministerio, o en tal junta municipal, o secretaría, o dependencia gubernativa, se han detectado doscientos, trescientos, hasta ochocientos funcionarios que fueron contratados por razones políticas y no cumplir ninguna función dentro de la institución. Ese dinero sí se ejecuta con toda puntualidad pues de ese ejército de haraganes depende la impunidad de muchos altos cargos del Gobierno. Estamos rifando el país, con el agravante que quienes venden los números del sorteo alegando su total honradez porque tal dinero “no lo hemos gastado” cuando su obligación era precisamente la contraria: gastarlo y rendir cuenta hasta el último céntimo.

jesus.ruiznestosa@gmail.com

Enlance copiado
Content ...
Cargando ...