La gente siguió este juicio como un partido de fútbol. En verdad se parecía bastante nuestro campeonato a la luz de los últimos hechos bochornosos ocurridos en la Olla Azulgrana.
De los tres miembros de la justicia ordinaria, uno argumentó su voto a favor de Bogado. Por poco no sugirió una condecoración para el legislador cartista. En cambio los dos restantes jueces del tribunal decidieron condenarlo solo por doble cobro indebido de honorarios y descartaron el supuesto hecho de estafa. Hicieron una fina cirugía de ambos delitos tipificados en el Código Penal. En síntesis, la resolución se parecía a un perdón escrita con una mano temblorosa.
Y verdaderamente fue así porque la imagen al final de la lectura de la semi condena, el viernes a la noche, fue muy elocuente. Víctor Bogado sonriente abrazó a su exsecretario de Diputados Miguel Pérez, quien fue absuelto, mientras los representantes de ciudadanos indignados que seguían de cerca el juicio le gritaban de todo a los jueces como un réfere bombero. En teoría debe ser al revés. Pero en Paraguay no. El condenado en este caso festeja su supuesta derrota en un proceso. Muy llamativo pero no extraño.
A partir de ahora se abre un nuevo escenario. Los tres miembros del tribunal, Juan Carlos Zárate, Elio Ovelar y Víctor Medina, tal vez no dimensionaron que su frágil condena es como una granada a punto de explotar, que cayó directamente en Cámara de Senadores, del cual forma parte Bogado.
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Si bien la sentencia de apenas un año es casi nada, es condena al fin y lo pusieron a Bogado en lista de espera para la pérdida de investidura.
El artículo 201 de la Constitución Nacional, numeral 2, claramente señala: “Los senadores y diputados perderán su investidura, además de los casos ya previsto, por las siguientes causas: 1. La violación del régimen de las inhabilidades e incompatibilidades previstas en esta Constitución, y 2. el uso indebido de influencias, fehacientemente comprobado”. El artículo constitucional se completa diciendo: “Los senadores y diputados no estarán sujetos a mandatos imperativos”.
Pinto en negritas al numeral 2 porque el Senado tiene en sus manos ahora destituirle a Bogado bajo este argumento. Elementos sobran pero falta voluntad: con la condena del cobro indebido de honorarios se comprobó fehacientemente que utilizó indebidamente sus influencias. Recordemos que por esta causa, sin resolución judicial, pero con contundentes audios, se le iba a destituir al entonces senador Óscar González Daher (ANR, cartista). Pero este se vio obligado a renunciar. En ese entonces, el clima político era favorable.
Hoy parece que Bogado goza de la simpatía de la mayoría de sus correligionarios de la Cámara Alta. Aparentemente, el Movimiento Honor Colorado, liderado por el expresidente Horacio Cartes, le respalda. Le sigue Colorado Añetete, comandado por el presidente de la República, Mario Abdo Benítez. Todos están mudos y en estas circunstancias se interpreta como complicidad, salvo prueba en contrario.
¿Qué dice la oposición sobre este grosero fallo? Hasta el momento nadie se indigna. La única que le enfrenta a Bogado cara a cara es la diputada por el Encuentro Nacional Kattya González, pero no tiene votos en el Senado.
Vamos a ver quién de los 45 senadores se anima a plantear un pedido de pérdida de investidura de Víctor Bogado. La ciudadanía debe estar atenta a este movimiento. Una vez, en el 2013, ya lo salvaron al ahora condenado legislador, lo que provocó una histórica reacción social. Veremos cómo se comportan ahora.
pguerrero@abc.com.py