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En la época del tirano Stroessner –que duró nada más que 35 años– los que eran llamados a ocupar cualquier cargo, desde subalcaldes de la Policía, manejados por las llamadas Delegaciones de Gobierno a ministros del Poder Ejecutivo , jueces, intendentes municipales, milicos de todos los grados, presidentes de seccionales coloradas, incluidos seccionaleros y hurreros, directores de entes a cualquier funcionario ajúra galleta, estaban habilitados libremente para violar las leyes y convertirse en feroces y asquerosos ladrones de toda la cosa pública en el Paraguay.
A esta altura del campeonato nos podemos imaginar los años usados por el entorno stronista para saquear al país. Después de Stroessner, en los 5 años que subsiste un gobierno, la perrada desvalijó todo lo que encontró a su paso y cada lustro gubernamental, nada tiene para envidiarle a los 35 rapiñeros años del stronismo.
Los cargos más jugosos estuvieron siempre en la Aduana, en el IPS, en todos los ministerios y otros entes como el Instituto de Bienestar Rural (IBR hoy Indert); la Administración Paraguaya de Alcoholes (APAL hoy sigue alcoholizada ); la ex-Antelco (hoy Copaco) era una guarida de forajidos que, como hasta hoy, sigue exclusivamente en comunicación con la manera de perder plata; la Petropar de hoy no es más que la réplica de la Repsa y sigue prestando sus buenos oficios para demostrar el cómo perder dinero con la venta de los combustibles. El caso de la planta alcoholera levantada en Mauricio José Troche (Guairá) ya no pasa de ser un pequeño y anticuado centro de acopio de la caña de azúcar y en una enorme agencia de empleos para los correligionarios de turno.
La Essap y la cementera de Vallemí extraen de la madre naturaleza la materia prima, una potabiliza el agua y la otra muele una roca para entregarnos sus productos con enormes pérdidas contables. Con la ANDE hay esperanzas claras que ande por el camino correcto ya que tiene una nueva dirección y la institución ya no cuenta con los cables pelados que la dirigieron por tanto tiempo.
La Contraloría no supo controlarse ni a sí misma; el INDI tuvo menos organización que la tribu payaguá de antes y la Defensoría del Pueblo no le defendió a nadie y sus defensores fueron más endebles que los del 3 de Febrero. Muchos gobernadores e intendentes municipales se valieron de los royalties y del Fonacide para ahuyentar la pobreza y dejar sus localidades empantanadas y emparentadas con la miseria.
Pero decía al principio, ver y creer lo que está ocurriendo en el Paraguay nos parece algo de otros lares y que tardaríamos mucho tiempo más en aplaudir que gente vinculada con la política partidaria, parlamentarios, fiscales, jueces, ministros de la Corte y otros sinvergüenzas en general estén ocupando celdas. Por más confortables que sean, son celdas y están en calidad de detenidos por corruptos.
Queda en evidencia que muchos manguruyuses están en la lista de espera y que tarde o temprano estarán acompañando a sus amigos y compañeros traficantes de influencias, de dinero sucio, de “estupefacientos”, de plata y tierras mal habidas y de un montón más de motivos indecentes e indecorosos.
Por fin nuestras cárceles tienen y tendrán inquilinos degradados, pero de alto nivel económico y eso equivale a que lo que se viene, pinta de lo lindo…
caio.scavone@abc.com.py