¿Por qué se mata la gente?

SALAMANCA .“Papá, cuando vuelva a la escuela, ¿van a estar todavía allí los cadáveres?” le preguntó un niño a su padre después de haber vivido la tragedia del Sandy Hook Elementary School en Newtown, Estados Unidos de Norteamérica, cuando un joven de 20 años con armas automáticas entró a las aulas y disparó contra los niños. Según la policía, 18 murieron en ese mismo sitio, otros dos en el hospital, más cuatro profesores, la madre del asesino que fue muerta en su propia casa y el autor de los disparos que se suicidó.

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Como reacción a la facilidad con que cualquier ciudadano estadounidense puede adquirir un arma de fuego y ante las medidas que Washington proyecta tomar, el vicepresidente de la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), Wayne LaPierre, en una conferencia de prensa dijo que “La única forma de detener a gente mala con un arma, es gente buena con un arma”. Y su solución para prevenir tragedias similares a la de Sandy Hook: “Poner guardias armados en cada escuela pública” de los Estados Unidos.

Anteriormente un diputado norteamericano, relacionado con el poderoso “lobby” de la NRA había dicho que si la directora del colegio hubiera tenido un fusil automático en su oficina, no habría ocurrido una tragedia de tales proporciones pues hubiera enfrentando al asesino con un arma y no con las manos vacías como lo hizo. Y le costó la vida.

La noticia conmovió el mundo y, como era de esperar, recrudecieron las críticas contra Estados Unidos y la violencia que allí se genera. En medio de esta conmoción apareció una noticia con datos sorprendentes. Dejo constancia que no proviene de ese país sino se ha generado en España: la región en que mayor cantidad de asesinatos se cometen en el mundo es América Latina. De acuerdo a las estadísticas, el 42% de todos los asesinatos que se registran anualmente en todo el mundo, suceden en América Latina a pesar de que allí vive nada más que el 8% de la humanidad. El informe continúa: el nivel de homicidios en Estados Unidos es cinco veces más bajo que el promedio de Latinoamérica.

Para helarle a uno la sangre: a lo largo del año 2011, en Brasil, fueron asesinadas 112 personas cada día todos los días del año (40.880 personas), y en México, a pesar de la violencia desatada en el mundo del narcotráfico, fueron asesinadas 71 personas por día (25.915). Otra comparación: el enfrentamiento entre palestinos e israelíes, en todo el mes de noviembre produjo aproximadamente el mismo número de muertos, por causas violentas, que se producen nada más que en Caracas durante un fin de semana.

Se ha buscado por diferentes caminos y a través de diferentes medios lograr una explicación lógica a tal situación de violencia siempre con resultados desiguales. Ni el narcotráfico, ni la pobreza, ni las desigualdades sociales, ni la libre venta de armas responden de manera satisfactoria todas las preguntas que nos hacemos, lastimosamente, cada vez que sucede una tragedia estremecedora como la de Sandy Hook del pequeño pueblo de Newtown y solamente entonces, en lugar de tratar de averiguarlo cada día ante las noticias que nos estremecen.

Nos espantamos ante las víctimas de la guerra de Afganistán. Se piensa que durante todo el presente año han muerto 3.238 a causa del conflicto armado. Sin embargo la cifra es inferior al número de personas que han sido asesinadas, nada más que en un mes, todos los meses, en Brasil.

No hay lógica. No hay respuesta. Y mucho menos creo que la solución dada por el vicepresidente de la NRA de parar a “la gente mala con un arma” sea la de tener “gente buena con un arma”. Lo curioso es que teniendo un nivel de criminalidad muy inferior a los de Latinoamérica, se produzcan de pronto allí, en Estados Unidos, estos estallidos de violencia que no ocurren en nuestros países, donde las muertes violentas igualan y superan incluso a las cifras de muchos conflictos bélicos.

La peor respuesta a este dilema es el desánimo pues no debemos permitir que un niño de seis años le pregunte a su padre si seguirán en las aulas de su colegio los cadáveres que, por desgracia, él vio el último día que fue a clase.

jruiznestosa@gmail.com

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