Sin embargo, el crecimiento acelerado de la actividad ganadera con casi dos millones de cabeza de ganado, que es la principal actividad económica de la zona, pone en riesgo el variado ecosistema natural de la zona.
A esta preocupante situación se le suma la construcción de la ruta bioceánica, que consistirá en el asfaltado de 227 kilómetros de camino para posibilitar la circulación diaria de miles de vehículos que transportarán productos de la zona del Chaco y del sur del Brasil hacia el océano Pacífico. La vía tendrá como objetivo agilizar el comercio con países asiáticos.
Sin duda alguna esta obra significará el tan anhelado y esperado desarrollo de este departamento, que por varias décadas estuvo olvidado por los gobernantes de turno.
No criticamos la realización de la vía, al contrario ponderamos el valor de la misma, ya que esto representará días mejores para los habitantes de la región Occidental.
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Sin embargo, es demasiado importante que todos juntos, tanto pobladores como autoridades, tomemos en serio la responsabilidad de preservar y cuidar los recursos naturales, no podemos ni debemos a costa del progreso arriesgarnos a la posibilidad de perder nuestros últimos bosques.
Para comenzar esta tarea, el Gobierno debe instalar en el departamento oficinas encargadas de cuidar el medio ambiente, como el Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sustentable (Mades) y el Instituto Forestal Nacional (Infona), para realizar la vigilancia necesaria. Las dependencias deben contar con varios funcionarios y lo más importante con las herramientas necesarias, como vehículos y sistemas modernos de monitoreos, para evitar la tala de árboles y matanza de animales silvestres.
En todo el departamento de Alto Paraguay la presencia de estas instituciones actualmente es nula. La tarea de preservar y cuidar las bellezas naturales, consideradas como las ultimas del país, debe comenzar ahora y no después cuando ya sea demasiado tarde.
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