Prevención laboral, una deuda vital

Este artículo tiene 8 años de antigüedad

La muerte del joven militar fue una de las más comentadas que tuvimos en estos últimos días. Ojalá indignara tanto la inseguridad laboral como otros temas instalados en el debate social. Este tema sigue siendo uno de los más callados y, aunque se reclame en alguna ocasión, solo atañe a pocos casos y tarde.

Seguridad engloba un concepto básico y sencillo de entender que los riesgos y peligros que podamos sufrir sean mínimos o ninguno.

Reducir la muerte del militar de 23 años, quien murió de una manera espantosa, al “destino”, “un accidente impredecible”, es una cobarde evasión de la responsabilidad que, por cierto, debe regir en las empresas e instituciones tanto públicas como privadas, y también en el propio trabajador frente a un encargo de extremo cuidado.

En definición académica: “La seguridad laboral es la que pretende aplicar medidas y el desarrollo de las actividades necesarias para la prevención de riesgos relacionados con el trabajo. Está relacionada directamente con los derechos del trabajador y con condiciones laborales dignas. Detención, evaluación y control de los peligros posibles y reales dentro del ámbito laboral, así como de las consecuencias a largo plazo”. También “la Organización Internacional del Trabajo, organismo dependiente de la ONU, vela por el desarrollo de medidas y propuestas para la mejoría de condiciones laborales. Un ejemplo de seguridad en el trabajo es el uso de cascos y equipos de protección en la construcción civil”, esto es lo que está redactado prolijamente, pero no lo sentimos en la práctica. Por supuesto también tiene que ver con la clase de sociedad que conformamos, tan poco demandante de los derechos colectivos y sin la mano dura de parte de las instituciones encargadas.

En el caso del militar, su padre, de extracción pobre y campesina, todavía está reclamando justicia, conocer al/los responsables de la pérdida de su hijo y, en consecuencia, ojalá su pedido traiga mejores condiciones para otros jóvenes. La falta de respuestas, la evasión o larga espera de justicia militar es lo que prima hoy. Porque la justicia militar como la civil no es confiable en Paraguay, al contrario, es hermética y aterroriza a los de menos jerarquía; por eso otros compañeros no salieron a expresar libremente quién sabe cuántas otras obediencias inexplicables que deben a sus superiores y por las cuales arriesgan sus vidas. La muerte de Óscar Colmán pudo evitarse con jefes idóneos. En todo campo, no más trabajadores enterrados como este compatriota que no pudo objetar el peligro real.

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Por otro lado, seamos autocríticos, la prevención laboral no existe en nuestra cultura ni para cuestiones caseras, estamos acostumbrados a hacer mal las cosas porque sale más barato, porque “si va a pasar, va a pasar nomás”.

Cinco frases para memorizar y aplicar:

1. Siga las instrucciones y cumpla las normas. Si no las conoce, pregunte. No improvise.

2. No se arriesgue. Evite los riesgos o redúzcalos al mínimo.

3. Ningún accidente es por casualidad. Todos pueden evitarse.

4. Infórmese y fórmese en materia de prevención de riesgos laborales.

5. Actuar de forma segura en todas las actividades de la vida debe constituirse en hábito.

lperalta@abc.com.py