Prof. Luis A. Resck

Este artículo tiene 10 años de antigüedad

El Prof. Luis Alfonso Resck recibirá la condecoración pontificia “San Gregorio Magno”, en el grado de comendador. Es una distinción otorgada por el Vaticano, de manera restringida, a los laicos comprometidos con la Iglesia Católica y su acción testimonial. La ceremonia se realizará hoy a las 11:00 en la catedral metropolitana.

Es admirable el vigoroso espíritu de lucha del Prof. Resck, tanto como su resistencia física. En su biografía, que es una novela del padecimiento, figuran torturas que ha recibido en sus más de 100 apresamientos, siempre a punto de acabar con su vida. Debe agregárseles sus muchas huelgas de hambre. Y confinamientos. Y exilios. Y no pudieron matarle. Apenas salía de su encierro, maltrecho, de nuevo ocupaba su puesto en la primera línea de combate a favor del humanismo cristiano.

El Prof. Resck nació en Villarrica el 23 de enero de 1924, de padres libaneses. Terminados sus estudios secundarios vino a Asunción para iniciar su carrera universitaria. Pronto sus compañeros se fijaron en sus preocupaciones gremiales y le eligieron titular de la Facultad de Filosofía en 1957. En 1960 presidió la Federación Universitaria del Paraguay. A partir de allí, se proyectó en lo social y político. Se puso enteramente del lado de quienes clamaban justicia, una vida más digna y cristiana.

Fue entonces que comenzó a llamar la atención del stronismo. Lo sabía pero no se arrugó. Continuó, con cada represión, fortaleciendo su espíritu para seguir en la misión que se impuso: denunciar la barbarie de una dictadura perversa y corrupta. Ya no paró de hacerlo. Ni los continuos apresamientos, ni las indecibles torturas, ni los confinamientos y exilios le pusieron jamás de rodillas.

Varias veces los maltratos físicos dañaron su organismo de tal forma que se encontraba muy cerca de perder la vida. Para desgracia de la dictadura, y suerte del país, el Prof. Resck salía de nuevo a la superficie. No para reposar sino para andar de nuevo por el camino que su vocación cristiana le ha indicado como a los antiguos mártires.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

El nombre de Luis Alfonso Resck está muy unido al de Carmen de Lara Castro, monseñor Ismael Rolón, quienes, junto con otros, decidieron entregarse a la tarea inacabable de instalar el respeto a los derechos humanos en el Paraguay. Fue una misión suicida.

Caída, por fin, la dictadura, el Prof. Resck no dio por concluida su misión, no cerró las puertas del deber que se impuso, no se regaló el descanso merecido. Desde el primer día de la democracia siguió peleando por su sueño. Se alzó contra la dictadura porque violaba los derechos humanos. Peleó en democracia por los mismos motivos. Sabía que la democracia, por sí misma, no iba a terminar con las injusticias, con las desigualdades aberrantes. Pronto se encontró con algunos de los mismos hechos ya vividos y padecidos en la dictadura. Hubo cambio de personas. Las nuevas seguían aferradas a un tiempo y a unos procedimientos por los que Resck había peleado para que cambiaran; por los que había dejado jirones de su vida.

La del Prof. Resck es una auténtica vida ejemplar, es el modelo infrecuente del ciudadano que se entrega, sin condiciones, para ayudar al semejante aún a costa de poner su vida en peligro.

Bien está, entonces, que también el Vaticano reconozca el trabajo incansable del Prof. Luis A. Resck por la vigencia de los derechos humanos en dictadura o en democracia.

alcibiades@abc.com.py