Nada se ha concretado, y si buscamos las causas, en primer lugar hay que decir que Fepasa no tiene un peso, y ha perdido hasta las pocas oportunidades reales que tuvo de recibir recursos en asociación con grupos empresariales, y eso ya desde hace un buen tiempo.
La otra razón podría ser directamente que el Gobierno no quiere impulsar la construcción de un nuevo ferrocarril en el país. Esto sí sería grave.
La prédica inicial de Salinas apuntaba a un tren de cercanías, y más de una decena de veces dijo que había varios interesados en asociarse con la empresa estatal a su cargo para construir la soñada conexión ferroviaria entre Asunción y varias ciudades cercanas (Luque, Areguá, Ypacaraí), siguiendo unos 40 kilómetros del trazado histórico.
Antes, tras una serie de investigaciones y publicaciones de nuestro diario sobre el trazado de la Avda. Ñu Guasu, esta se redujo de seis a cuatro carriles a fin de dejar el espacio suficiente en el medio para una futura red ferroviaria. Es más, se ampliaron los contratos con las constructoras para reforzar el puente sobre el arroyo Itay y el viaducto sobre la autopista Silvio Pettirossi a fin de adecuarlos al eventual paso de los trenes.
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Luego, las fechas para la licitación de una especie de APP (asociación público-privado) para el tren de cercanías se fueron posponiendo sucesivamente y hoy no hay nada. Todo indica que ese proyecto está cada vez más lejano.
En la administración anterior, el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) se comprometió, entre otras cosas, a trasladar las locomotoras que están en la estación Botánico hasta la de Luque. Esto a cambio de la cesión por 30 años justamente de la franja de dominio ferroviario para la Avda. Ñu Guasu. La idea era impulsar un tren a vapor turístico, por lo menos hasta Areguá. Ni las locomotoras fueron trasladadas ni el proyecto turístico elaborado. Nada.
Ahora el MOPC quiere seguir unos kilómetros más con Ñu Guasu, precisamente hasta la estación de Luque y luego hasta enlazar con la nueva ruta Luque-San Bernardino. ¿Qué planes inventarán ahora? Quizá nada, porque Fepasa está jugando ahora a otro proyecto.
Ese otro proyecto es el del ferrocarril que uniría Abaí (Caazapá) con Angostura (Villeta). Tendría unos 200 kilómetros, de los cuales entre Paraguarí y Villeta hay que conseguir una franja de 40 kilómetros, pues no corresponde al itinerario histórico del tren. Actualmente, trabaja en los estudios de factibilidad una compañía boliviana, Ferroviaria Oriental SA (Fosa), escogida prácticamente a dedo por la directiva de Fepasa.
Esta idea se le ocurrió seguramente a Salinas después de que el grupo europeo “R&M Infrastructure Projects Holding AG”, asociado a la Cooperativa Ferroviaria “Pdte. Carlos A. López”, le ofreciera hace un tiempo a Fepasa renunciar al tramo Asunción-Paraguarí a cambio de autorizarle el tramo Paraguarí-Villeta, para unir este puerto sobre el río Paraguay con Encarnación, sobre el Paraná. La cooperativa y “R&M” reivindican un acuerdo del 2010 con Fepasa, que los tres últimos gobiernos no han querido validar.
Fepasa tiene también desde el 2013 un completo proyecto para un tren de cargas para el sur del país, entre Presidente Franco (Alto Paraná) y Curupayty (Ñeembucú), elaborado gracias a una cooperación oficial del gobierno de Corea.
Como se verá, proyectos no faltan. Faltan decisión, interés real y algo decisivo: fondos. Cada kilómetro de vía se calcula que cuesta por lo menos US$ 2,5 millones, por lo bajo.
Mientras, para ver un tren en Paraguay hay que ir a Encarnación y sentarse en la cabecera del puente San Roque González de Santa Cruz. Allí cada hora cruza un pequeño tren fronterizo, que en realidad es argentino. Pero, algo es algo.
jobenitez@abc.com.py