Recomposiciones y desbarajustes

El equipo de Colorado Añetete en el Gobierno recompone, por un lado, su alianza con los cartistas y con los liberales llanistas para tener gobernabilidad (básicamente, para aprobar sus proyectos en el Congreso) pero, por otro lado, sus disputas intestinas amenazan con hacer estallar su frágil unidad interna.

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El nombramiento de la llanista Lorena Segovia como defensora general fue la prenda de paz de este grupo opositor con el oficialismo, tras el quiebre que produjo la destitución del contralor general de la República Enrique García.

Esta designación de Segovia, que tuvo el respaldo de votos que en la práctica responden al abdismo, tiró al tacho, el discurso del presidente Abdo Benítez sobre priorizar a los candidatos con mejor puntaje y perfil.

El Mandatario pretenderá decir que él no se mete en el Poder Judicial, pero lo cierto es que el presidente de la Corte Suprema Eugenio Jiménez Rolón fue convocado días antes a Mburuvicha Róga para explicarle sobre las necesidades políticas del oficialismo que hacían imprescindible la designación de la exministra de Justicia y Trabajo, en vez de un candidato con más méritos y prestigio, como el camarista Pedro Mayor Martínez.

Paradógicamente, la recomposición de esta alianza con el sector “amigo” de la oposición se produce en momentos en que arrecian las disputas entre los senadores de Añetete y que motivaron una rabiosa pelea el pasado domingo en Mburuvicha Róga, con presencia del líder del movimiento Mario Abdo Benítez.

La reunión, convocada para atender algunos reclamos y evaluar algunas iniciativas en el Congreso, derivó en una pelea cuyos motivos no son nuevos y se relacionan al descontento con algunos ministros.

El de Educación, Eduardo Petta, es uno de los abonados permanentes. Desde su designación, fue cuestionado por sus mismos colegas que lo consideraban un pez fuera del agua.

Las cosas empeoraron tras su enfrentamiento con la viceministra Nancy Ovelar, que terminó con la destitución de la hermana de la senadora Blanca Ovelar y amenazó, aquella vez, con un cisma en Añetete, que no se produjo pero que nunca se calmó.

Los cuestionamientos avanzaron ahora contra otros ministros que son tildados de inoperantes o poco efectivos, como el de Obras Públicas Arnoldo Wiens; el ministro de Urbanismo, Vivienda y Hábitat Dany Durand y el de Salud, Julio Mazzoleni.

Además de la falta de resultados, les reclaman a los ministros no recibir a los correligionarios, no hacer caso a pedidos o no atender el teléfono. Petta, Wiens y Mazzoleni comparten el hecho de no provenir del riñón político-partidario, lo cual para algunos políticos tradicionales es grave carencia.

Aunque tal vez el Mandatario pueda confiar que no habrá aún fugas en su equipo, evidentemente la fidelidad se va desgastando aceleradamente.

En el horizonte cercano acecha la crisis económica regional que tarde o temprano, según aseguran economistas, incidirá sobre nuestro país.

También empiezan a verse señales de una crisis más relacionada con la ausencia de políticas de Estado, como las de los productores que están cerrando rutas en reclamo por la caída de precios de los rubros que comercializan.

A esto se suma el drama de las inundaciones que causó una devastación en el departamento de Ñeembucú y que hace que la Capital del país parezca una ciudad receptora de refugiados del exterior que en realidad son cercanos, aunque invisibles para algunos.

Mientras el oficialismo busca asegurar una gobernabilidad de corto plazo, pactando con el sector liberal funcional de siempre y mientras lidia con la voracidad de su grupo político, la inestabilidad puede venir de sectores vulnerables de la ciudadanía que los gobiernos no tienen en cuenta y a los que, sin embargo, mencionan siempre como presunto motivo de sus desvelos.

mcaceres@abc.com.py

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