Reelección y consecuencias

Si se concreta la presentación por parte del oficialismo de un nuevo proyecto de enmienda constitucional para instalar la posibilidad de reelección presidencial tendrá varias consecuencias.

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Desde el punto de vista institucional, será un intento más de burlar a la institucionalidad del país, algo que se volvió peligrosamente habitual durante el actual periodo constitucional.

La imagen que prevalecerá es que con el poder económico se puede aspirar a conseguir cualquier cosa, no importa si eso implica pasar por encima de las leyes y la Constitución.

La iniciativa del cartismo obedece evidentemente a la creencia de que es un momento adecuado y a la impresión de que las condiciones están dadas. Existe un Parlamento venal, los partidos políticos están divididos y debilitados, no hay liderazgos que convoquen a la gente a tomar las calles y cunden la apatía y la indiferencia, a excepción quizás de los jóvenes, pero que no se deciden a vincular sus protestas a la política partidaria, tal vez justamente por el descreimiento hacia los dirigentes.

No obstante, arriesgarse el oficialismo a una jugada de este tipo, a través de mecanismos de dudosa legalidad y pese a las señales de indiferencia cuando no de abierto rechazo de la sociedad, habla de las ansias de poder del actual presidente Horacio Cartes cuyos límites son difíciles de evaluar.

Del lado de la oposición, apoyar esta iniciativa puede ser un arma de doble filo. Aunque el senador Fernando Lugo, alrededor del cual pretenden encolumnarse varios sectores políticos, cuenta con un importante respaldo popular, el mecanismo para poder llegar a ser nuevamente candidato puede producir una reacción adversa del electorado independiente.

Un aspecto preocupante de esta modificación constitucional que se pretende es que, si se concreta, será en un escenario político en el que las instituciones democráticas no están consolidadas y no cuentan con el respaldo de la mayoría. Las encuestas que se realizan periódicamente así lo confirman.

La reelección presidencial, tal como se plantea, solamente significará darle la posibilidad al Presidente continuar por cinco años más o que otros presidentes que ya estuvieron puedan volver a candidatarse. El debate sobre un proyecto de país sigue ausente.

Algo que aún no se tiene muy en cuenta es que si el proyecto de enmienda constitucional se aprueba en el Congreso, deberá luego convocarse a un referéndum por el “sí” o por el “no”. La idea de la dirigencia partidaria es que en ese caso las estructuras partidarias, interesadas en la reelección harán que el “sí” gane con facilidad.

Esto que algunos políticos ven como un trámite puede constituirse finalmente en la parte más árida de la cuestión.

La experiencia regional y mundial nos ha dado en los últimos meses algunos ejemplos de que la reacción de la ciudadanía no es siempre previsible u obedece a la lectura que pretenden imponer la “lógica” o la agenda de los medios de comunicación.

Tenemos el caso del “Brexit”, que concluyó con la inesperada decisión de los electores de Gran Bretaña de salirse de la Unión Europea. El “no” al acuerdo de Paz en Colombia entre el Gobierno de ese país y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y, últimamente, la victoria electoral en los Estados Unidos de Donald Trump, que muchos veían y ven como un personaje impresentable a nivel internacional.

Guardando las distancias, el referéndum sobre la reelección presidencial en nuestro país puede marcar un hito. Aunque en nuestro caso, cualquiera sea el resultado, marcará un cierto rumbo a seguir en las próximas décadas.

mcaceres@abc.com.py

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