Romper el statu quo en Yacyretá

Hace unos días el embajador argentino en Paraguay, Eduardo Zuain, al ser consultado por nuestro diario sobre una probable fecha para la próxima reunión de la comisión que tiene a su cargo la revisión del Anexo C del Tratado de Yacyretá, respondió que no había nada. El diplomático añadió que ni siquiera había recibido todavía alguna directiva del Gobierno de Mauricio Macri orientada a definir la compleja situación planteada en la binacional.

Cargando...

Esto a pesar del “buen ambiente” y la “buena predisposición” tantas veces proclamados por los representantes de ambos países. Lo concreto es que hasta ahora, transcurridos 27 meses y algo más desde el inicio de las negociaciones entre las Altas Partes, el avance ha sido casi nulo.

Y eso que la palabra “avance” es la que más veces han repetido los negociadores luego de cada reunión. Sin embargo, los resultados de las tratativas están a la vista y dicen otra cosa, aunque –pese a su dudosa conveniencia– nos hayan querido presentar la cogestión administrativa en la EBY, acordada con la modificación del Anexo “A”, como uno de esos “avances”. Por algo, la nota reversal firmada en octubre de 2014 tuvo que ser nuevamente retirada del Congreso por el Ejecutivo para evitar su rechazo.

Como es sabido, el objetivo principal de las negociaciones iniciadas con Argentina en 2014 era sanear las cuentas de la entidad para tornarla viable económica y financieramente, no sin antes regularizar los procesos de comercialización de la energía generada por la central binacional, que hasta el momento se rige por las condiciones establecidas en la ilegal nota reversal de 1992.

En cuanto a la inflada deuda que se imputa a Yacyretá, la discusión para cerrar el acuerdo está centrada en la eliminación de unos US$ 2.000 millones en concepto de actualizaciones que figuran en los balances, teniendo en cuenta que de los casi US$ 18.000 millones de los que se hablaba inicialmente ya hubo una “quita” aceptada por los argentinos de casi US$ 10.000 millones de intereses, lo cual, de hecho, no correspondía, según lo estipulado en el tratado, que solo habla de aportes de capital.

Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, las versiones y los montos también varían según los escenarios que se plantean, pero siempre supeditados a la voluntad de los socios, que son en definitiva los que marcan la pauta, a juzgar por los “avances”, que hasta ahora solo han sido expresiones de deseos.

En la realidad nada de eso se ha concretado y podemos afirmar con total seguridad que estamos en el mismo lugar que hace dos años, cuando se inició este proceso.

En su momento el recordado Dr. Gustavo De Gásperi ya había presagiado que la posición argentina sería la de mantener el statu quo en Yacyretá y los hechos le están dando la razón. La pregunta que surge es ¿por cuánto tiempo más lo permitirán nuestras autoridades?

ccantero@abc.com.py

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...