Ser importante: Ovale

Querer ser tenido en cuenta, ser “ovale”, es un deseo común del ser humano. En cierta medida es bueno, pues no debemos ser acomplejados y vivir en clima de aichejáranga.

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El desequilibrio surge cuando este deseo legítimo se vuelve búsqueda obsesiva de aplausos, de los primeros lugares, y también de plata, a toda cuesta, sin considerar si los medios usados son morales o inmorales.

Por ello, la prepotencia, el enriquecimiento ilícito, el abuso del poder, el tráfico de influencias y cosas por el estilo, que humanamente dan la sensación de ser importante, lo que realmente hacen es desfigurar al ser humano y hacerlo, inclusive, apestoso.

El Evangelio nos muestra que, después de prevenir a sus apóstoles sobre la dureza de la cruz que le esperaba, Jesús les hace una pregunta: “¿De qué hablaban en el camino? Ellos callaron, porque habían estado discutiendo sobre quién era el más grande”.

El Maestro pone las cosas en su lugar, dentro de la lógica del Reino de Dios, que felizmente no es la lógica del mundo, y afirma: “El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos”.

Esto significa que para ser un verdadero servidor del hermano hay que librarse de las ataduras que nos desordenan, como las mencionadas arriba, y tantas otras. Asimismo, tener claro que debemos amar a Dios sobre todas las cosas y poner a Jesucristo como nuestro modelo, pues Él es el camino que muestra la verdad y genera más vida para todos.

Para ser importante el Señor indica que no debemos juzgarnos superiores a los demás, tal vez por tener más cultura o más recursos económicos, con el peligro de manifestar actitudes de desprecio hacia ellos.

Ser disponible es otro requisito, pues hay que vaciar el corazón del egocentrismo, que frecuentemente nos atrapa, y cuidarse para no caer ingenuamente en la trampa del “no tengo tiempo”. Ser disponible, probablemente, implica aceptar y administrar algunos imprevistos y algunos cambios de planes, de modo de ser útil al hermano que nos necesita.

Para ser auténticamente “ovale”, Jesús también nos da el ejemplo del niño, es decir, tener la forma desarmada de los niños, y saberse dependiente del otro. Nosotros, dependientes de Dios.

Este pensamiento puede ser un agradable resumen: “Es bueno ser importante, pero es más importante ser bueno”.

Finalmente, hoy festejamos a San Pío de Pietrelcina y hay muchas celebraciones valiosas, a las cuales les invitamos a participar en nuestro convento de Trinidad (021- 295 578) y de Surubi’i (021-764 573).

Paz y bien. 

hnojoemar@gmail.com

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