Servicio militar

Lo que se entiende de las declaraciones del ministro de la Juventud, Felipe Salomón, sobre el servicio militar es que el enfoque que sobre el mismo pretende el gobierno tiene poco que ver con las necesidades de la defensa nacional.

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Las hipótesis de conflicto que tiene nuestro país existen aunque las nieguen, por su degradación profesional y moral, nuestros mandos militares: Brasil, Argentina, Bolivia y las amenazas de quiebre constitucional. 

De hecho, Brasil y Argentina se encuentran en este momento, y desde 1973, dictando nuestra política energética sin que nadie en la autodenominada “clase” política paraguaya, haga otra cosa que resignarse a entregar nuestros recursos como los políticos checos, polacos, búlgaros, húngaros y alemanes orientales se los entregaban a la entonces hegemónica Unión Soviética. 

Como Israel lo demuestra todos los días, la cuestión no es tener Fuerzas Militares mayores que aquellas con las que eventualmente hay que discutir el equilibrio estratégico, sino tener unas Fuerzas Militares capaces de imponer costos prohibitivos a los que desafíen el interés nacional paraguayo. 

La Defensa Nacional paraguaya requiere, en consecuencia, capacidad de disuasión: El costo de desafiar al Paraguay debe ser altísimo, inabordable. Eso es Israel. Eso es Suiza. Pero en nuestra “clase” política quieren ser Haití en materia de Defensa. 

La disuasión se construye con unas Fuerzas Militares pequeñas, pero bien equipadas, bien comandadas, bien cohesionadas, bien organizadas y bien entrenadas. 

Bien entrenadas es lo referente al Servicio Militar. 

Si el presupuesto del Servicio Militar se destinará, como pretende el gobierno, a pagar escuelas vocacionales, no contribuirá en nada a mejorar nuestra situación de defensa. Al contrario, se estará engañando miserablemente al país, haciendo gastar a los ciudadanos millones de dólares en algo que no sirve. 

El servicio militar debe destinarse a las chicas y chicos que deseen vivir la aventura de la experiencia militar en serio. Debe ser voluntario para aquellos que la deseen y para nadie más. Debe ser pagado, debe pagarse a las chicas y los chicos que tengan vocación de servir en la defensa. Debe estar centrado en tareas de la defensa y en nada más, nada de nada más. 

A los pacifistas no les gustará, pero a los pacifistas debe la humanidad dos guerras mundiales. El servicio militar debe enseñar a aniquilar a los enemigos del Paraguay. Debe enseñar informática para volar aviones y drones; para controlar radares y misiles. Debe enseñar a reparar turbinas y tanques. Debe enseñar el uso de Internet, la guerra cibernética, el espionaje, la inteligencia. 

Si el servicio militar no está para eso, es mejor no tenerlo, no engañar al pueblo paraguayo con la retórica ridícula y estafadora de usarlo para cosas distintas. 

Nuestros generales, con pocas excepciones, no son generales. Son prebendarios engordando con uniforme. Nuestros políticos, con pocas excepciones, no son políticos, son sinvergüenzas como Óscar González Daher; ellos son los que pretenden usar el servicio militar como otra oportunidad para medrar, y al hacerlo estafan al país y ponen en riesgo sus intereses. 

Tienen razón las chicas y los chicos de la Federación de Estudiantes Secundarios (Fenaes). Esto que propone el gobierno es un disparate desde el punto de vista técnico de la Defensa Nacional.

evp@abc.com.py

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